miércoles, 15 de febrero de 2012

APUNTES DESMADEJADOS

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Desolada en los campos de la niebla sólo puedo esperar que la belleza me traspase la piel como un relámpago.

En el temblor azul de mi crepúsculo te miro y no te veo ¿dónde estás?

Sólo quiero sentir la desnudez, más allá de las máscaras sociales que al principio protegen de los monstruos, pero después encierran en la nada.

Somos la aleación de todo el caos que rodea la Tierra y nuestro cuerpo y apenas nos permite respirar.

A veces precisamos sentir en nuestro instinto una luz tenue que conecte al reptil con el humano y nos haga encauzar nuestro destino hacia un lugar sin trampas ni maldad.

Una clave de todo este desastre se encuentra en el extraño sentimiento de los celos. La ecuación es difícil. Si mostramos los celos perdemos la partida por imbéciles y si no los mostramos por idiotas. Nadie nos pertenece ni aunque firme. El amor es un mundo prenupcial, lo demás son apaños darwinistas.

Atrapada en la sombra de la nada escribo cada día por si acaso descubro en cualquier parte el fuego alquímico.

El hilo de la vida me sorprende más allá de los días sin sentido.


Ana Muela Sopeña

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