martes, 13 de marzo de 2012

ELECCIÓN

*
Los campos de la ira
pueden desactivarse suavemente
con blancos universos de empatía.

Un segundo de niebla entre la frente
conduce a los futuros ya sin aire,
y el agua de la Tierra
se esconderá en lugares muy recónditos.

Un segundo de calma puede ser
un modo de activar en el silencio
la templanza océanica.
Antigua como flores en invierno
y petirrojos libres en su rama
de visiones del ritmo más atávico.

Cada momento es siempre una elección:
hacia los horizontes de otros mundos,
pudiendo ser viajeros del espacio,
o
hacia
la
destrucción
en
el
presente
al dejar sin respuesta los enigmas
pasando a ser guerreros,
desconectando el diálogo de Gaia
y entrando en la espiral del no retorno.


Ana Muela Sopeña

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