*
La mujer de la niebla
danza entre soñadores,
para sentir la tierra
cuando llega la noche.
Se desliza a su estrella
y allí se pone un nombre,
sumergido en la arena,
en la luz que se esconde.
El hombre de la bruma
se mueve en obsidianas
hacia la roja luna,
donde se ve un mandala.
Avanza como un puma,
silencia las palabras,
se refugia en un sutra
y duerme en flores blancas.
Ana Muela Sopeña
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4 comentarios:
qué delicia y qué delicadeza
es una caricia maravillosa tu poema ANA
muchas gracias por compartirlo con estos ojos lectores
besitos y luz
pd...Ana te dejo esta url, porque el blog tiene una secuencia muy similar de contrucción a la tuya
una foto, un poema, una foto, un poema
http://unembrujodefuego.blogspot.com/
dialogan muy bien los versos entre ambos
Gracias, Elisa, por venir.
Es una alegría saber de ti.
Sí, conozco el blog Um embrujo de fuego. Es precioso.
Un abrazo fuerte
Ana
He pasado a leerte y me he sumergido especialmente en este hermoso poema.
Un abrazo.
Mercedes.
Mercedes, me encanta que el poema te haya gustado.
Un beso muy grande, amiga
Ana
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