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Una mujer de fuego
contempla en los espejos
el tiempo seducido por la máquina.
Una mujer de tierra
espera de un amigo
una palabra etérea
prendida de las hojas del silencio.
La mujer de las aguas luminosas
se parece a las gatas cuando maúllan.
Las mujeres del aire
elevan en el sueño sus lamentos
que diluyen la herida
en las calles oscuras
de la ciudad sin nombre.
Ana Muela Sopeña
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UNA DONA DE FOC
Una dona de foc
contempla als espills
el temps seduït per la màquina.
Una dona de terra
espera d'un amic
una paraula etèria
presa de les fulles del silenci.
La dona de les aigües lluminoses
s'assembla a les gates quan miolen.
Les dones de l'aire
eleven en el somni els seus laments
que dilueixen la ferida
en els carrers foscos
de la ciutat sense nom.
Ana Muela Sopeña
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4 comentarios:
siempre bello, Ana.
Saludos, Nahuel.
Gracias, Nahuel.
Un saludo
Ana
Poderes de mujer, ese quinto elemento tan sólo utilizable por las diosas cuando el éter vuela alto su misterio.
Maravilla de ti, meiga-mujer, palabra seducida en el espejo...
Un beso
Me alegra mucho tu paso por mis versos, Manuel.
Un abrazo fuerte
Ana
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