sábado, 23 de junio de 2012

SOMBRAS DE LA NOCHE

*
Las sombras de la noche
me tienen secuestrada
con errantes espíritus y sangre del abismo.

Es hermosa la risa
cuando sale del fondo, sin doblez.

Desnuda me presento en el silencio
para que un cáliz suave
me llene de la fuerza de las diosas.

Por el momento vago en las tinieblas
más allá de la luz de los candiles.

Es importante hallar esa palabra
que al pronunciarla cambie para siempre.

La palabra de magia en el solsticio
que derrote al espectro de la muerte.

La palabra que busco está en la tierra,
escondida en las grutas del deseo,
pero también habita en laberintos
y en diccionarios de la luna.

Cuando encuentre el vocablo
ancestral que me cure
lo llevaré en mi pecho
como ese talismán
de suerte y abundancia que se hace necesario
para no sucumbir por heridas de guerras invisibles.


Ana Muela Sopeña

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