*
La mujer del desierto se pregunta
por la travesía de la arena.
Ella mira los cielos
lejanos como el alma de las cosas.
En sus ojos oscuros
la luz se fija en rayos
de la línea infinita
que une el horizonte con las dunas.
Su camino sin agua
reviste de dureza las horas del vacío.
La mujer del oasis
responde en el silencio,
esbozando en el aire una sonrisa.
Ana Muela Sopeña
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4 comentarios:
Precioso poema. Un placer leerte.
Gracias, Julie. Me alegra que te guste.
Un abrazo
Ana
a veces me pierdo de aquí por un tiempo, siempre al volver me pregunto por qué. Siempre tu gran calidad.
Saludos, Nahuel.
Gracias Nahuel, siempre es agradable encontrarte en mi espacio.
Un abrazo
Ana
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