sábado, 13 de octubre de 2012

CÓDIGO ENCRIPTADO

*
Me permito soñar,
encerrada en la cueva,
el código encriptado del exilio.

Soy la mujer de sombra
que vive al otro lado del espejo,
no persigo la fama ni las máscaras
sino la luz oculta en el gran código.

Me atraen las escaleras del ensueño,
el roce delicado de lo onírico,
la belleza noctura de la lluvia.

Hay aceras vacías esperando
el hueco seductor de las ausencias.

Me transformo en estatua
e invoco las palabras de la bruma
para que me defiendan de los miedos.

Me atrevo a buscar siempre en los inicios,
en círculos antiguos, primigenios,
donde los simbolismos de la alquimia
sonríen a los númenes arcaicos
que habitan en las páginas de un libro.

Me adentro en laberintos de matraces,
crisoles y el mercurio de los sabios.

Quiero ser alfabeto de los astros
para entender el mundo
sin disfraces.

Quiero ser las vocales del océano
y también consonantes de las nubes.

Me brindo para ser una semilla
de luz intergaláctica en lo oscuro
y hacer que cada día existan redes
de floración fractal.

Busco la solución bajo los cuásares
para las ecuaciones de la niebla
y despejo la incógnita del pánico
con los números áureos del Aleph.


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

Ío dijo...

Me encantó, así de sencillo lo escribo, y lo digo, Ana, es precioso este poema¡
Gracias siempre por tu hermosa poesía.
Abrazo, cariños para ti

Ío

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Ío, por venir.

Un beso, amiga
Ana