miércoles, 10 de octubre de 2012

LA LLUVIA ES EL PRESAGIO

*
La lluvia es el presagio
de la soledad del infinito.

Una mirada única
hace sentir escalofríos en la piel,
mientras el autobús avanza
por las calles de mundos intangibles.

El agua va lavando
la nostalgia sumida en el silencio
y una estación abandonada nos sorprende
con vagones de infancia.

Las plazas nos sonríen
con su belleza atemporal
y los siglos deslizan sus misterios
a través de las sombras de los tristes.

Me introduzco en portales sin temor
y diluyo mi ser en los espejos
antes de que la noche los absorba
con su pánico de niebla.

Un relámpago azul me transfigura
y convierte mi cuerpo en origami,
casi como si fuera un gran secreto
encriptado en los signos de otra década.

Continúo mi ruta
al tiempo que el reloj de alguna iglesia
inunda con su música del alba
la ciudad invisible.


Ana Muela Sopeña

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