domingo, 21 de octubre de 2012

MUJERES SIN ROSTRO

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Mujeres sin rostro
caminan por la tierra de utopía
para resurgir
como sal y esperanza de futuro.

Dibuja sobre ellas unos ojos
para que todos juntos
veamos lo que ocurre en el planeta
y despertemos pronto del letargo.

Mujeres sin rostro
deambulan por ciudades de cemento
para entrar en fisuras de la luz
y nacer a una vida diferente.

Esboza sobre ellas unos labios
para que puedan siempre
expresar sus ideas con palabras
en tormentas tejidas con el viento.

Mujeres sin rostro
se mueven al compás del oleaje,
para saber de penas en las sombra
y gritar al océano
su vacío infinito.

Moldea sobre ellas la nariz
para intuir los pasos
de los depredadores de los sueños.

Mujeres sin rostro
avanzan en la niebla y los presagios
por los mares queridos del ensueño
donde las caracolas
en sigilo se muestran a la brisa.

Traza sobre sus párpados las cejas
para observar el universo sin censura
y ser los dueños de las cifras matemáticas.

Mujeres sin rostro
columpian sus desdichas en imágenes
que atrapan con las manos de la lluvia
en los instantes plenos de las ráfagas,
en relámpagos de tiempo.

Define sobre ellas los tímpanos del humo
para escuchar a Gaia sideral
que solloza en las grutas
mientras estallan bombas
de pruebas nucleares.

Mujeres sin rostro
acogen en su pecho a diez mil hombres
hambrientos de belleza y de justicia,
para ser comadronas del subsueño
en mundos paralelos a esta Tierra.

Genera junto a ellas
la mirada consciente
y luminosa
para abrazar el mundo sin las máscaras

y desterrar hipócritas discursos
de los templos de jade y obsidiana
o los espacios de oradores.

Identidad de agua
en mujeres que de pronto
delinean en las horas sus facciones
lejos del photoshop y los quirófanos,
para ser compañeras de la ruta
de los hombres conscientes, con coraje.


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

María Socorro Luis dijo...


Un poema inmenso, como la esperanza, como el amor...

Abrazo, Ana.

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Soco.

Un beso grande
Ana