*
No sangra el mar cuando miro
las palabras perdidas en la arena.
Elaboro respuestas
más allá del crepúsculo,
con relámpagos suaves
en medio de tormentas interiores.
El pájaro abatido y la rosa
observan sin temor el universo
y sueñan con espíritus del aire.
El tiempo de la alianza permanece sin cambios
a pesar de huracanes y tsunamis.
Ana Muela Sopeña
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4 comentarios:
Muy muy hermoso poema... Besos.
A pesar de todo, siempre se sueña con los espíritus del aire y la tierra.
Un abrazo.
Me alegra que te guste, Julie. Gracias por venir.
Un abrazo
Ana
Siempre seguimos soñando...
Eso al menos, Taty, que no nos lo roben.
Un abrazo grande
Ana
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