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A Miguel Íñiguez, compañero de la estación de acacias
A veces la belleza nos asusta
y nos lleva por mundos donde hay vértigo,
pero pronto nos vemos inundados
del hálito creador de las galaxias.
Tu paseo por mundos invisibles,
sideral en su esencia,
nos apoya en caminos de los púlsares,
para respirar con lo que fluye.
Ana Muela Sopeña
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6 comentarios:
Tu espíritu me sorprende, Ana, me deja desprevenido. Un ímpetu que abraza lo creado, lo que está por venir. Desde tu intuición otorgas ese universal para mundos posibles en cada uno de tus compañeros en este sinuoso viaje.
Como apuesta es lo mejor que podemos hacer los unos de otros y donde cabe con los primeros versos de este poema cuando el vértigo parece acabar con todo.
Queda unir este regalo al de vuestras voces y agradecer siempre.
Un abrazo grande
Hay que distinguir conceptos de belleza; sí, así como suena. La superficial que tanto abunda y esa otra que nos rodea tanto interiormente como la del exterior, esa que incluso con los ojos cerrados somos capaces de apreciar porque va mucho más allá.
Excelente poema, amiga Ana
Un abrazo
Fina
Ana, tu poesía astral siempre se siente grandiosa, como el éter y sus misterios. Mi cariño y admiración para ti y para nuestro amigo Miguel.
Miguel, me alegra que mi espíritu te deje un poco desprevenido. En lo distinto está la magia. El azar siempre trae regalos a nuestra vida.
Un abrazo fuerte, amigo
Ana
Leticia, es un placer verte por aquí...
Un abrazo, amiga
Ana
Fina, tienes razón. Hay muchos tipos de belleza. Mas la belleza interior nos permite ver el milagro de todo lo creado.
Un abrazo
Ana
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