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La noche toma su aliento
de la belleza del mundo
y descubre entre los miedos
el instinto del futuro.
Atrapa siempre con hielo
el perfume del pasado
y se desliza en el reto
de la luna de lo amargo.
La noche presagia ritos
entre sus brazos oscuros
que diluyen como un río
el éter más errabundo.
Un lobo yace escondido
bajo el árbol del deseo
y sueño que yo le miro
desde la tierra y el beso.
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Me encanta este poema. Una forma perfecta y una gran belleza para un intenso sentimiento. ¡Genial!
Muchas gracias, Pedro, por tu comentario tan positivo.
Un saludo
Ana
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