miércoles, 17 de abril de 2013

PUENTE DE DEUSTO

*
La tarde se diluye
sobre la ría del Nervión.
A lo lejos los montes,
más cerca los reflejos de las luces
sobre el agua que sabe
de una nostalgia ciega, imperturbable.

Los edificios alzan su temblor
desafiando a ese cruce de caminos
entre la tradición
y la modernidad
de esta villa que pugna por vivir
inmersa en el arte intemporal.

El color del crepúsculo
inunda con su luz todas las sombras.

El puente es como un híbrido
que integra lo más sórdido
a la vez que es espejo
de las constelaciones en la noche.

Los transeúntes corren
hacia ninguna parte.

Termina otra jornada creadora
que inicia los umbrales del subsueño.


Ana Muela Sopeña

4 comentarios:

Nahuel dijo...

:o me ha encantado mucho Ana, entre mis favoritos pasa.

Saludos, Nahuel

María Socorro Luis dijo...


Hermoso poema.

Emotivo retrato a ese rincón de nuestro paisaje.

Dosbesos

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Nahuel, por venir...

Un beso
Ana

Ana Muela Sopeña dijo...

Soco, tú que conoces ese lugar...¿a que tiene algo mágico?

Un beso
Ana