*
A ti, hombre dormido bajo la tierra estéril
que habitan los ya muertos,
te grito,
para que te levantes de las tumbas
que aunque parecen vida, amor y orden
no son más que sepulcros
que enjalbegan la luz
a base de censuras
que amordazan los gritos del silencio
y bullen
con
los
cuásares
del
miedo
que nos mantienen siempre
unidos a la máquina de hacer seres humanos
parecidos a cuerdas y artilugios
sin vida y sin el hálito
creador de la estrella de las almas.
A ti, hombre que avanza anestesiado
por el Trankimazin y el Orfidal,
por el Prozac, Prisdal y Leponex,
yo te susurro ahora que te alces
de negras sepulturas que te atan
a ser sólo una oveja susceptible
de copia y clonación,
en medio de leones y de lobos.
A vosotros, hombres y mujeres
que un día emergisteis del miedo y las cavernas,
yo os invoco y os canto
melodías galácticas
para así componer un mundo más amable,
henchido por la luz
de los púlsares llenos de deseo
y de la danza abierta de la luna.
Ana Muela Sopeña
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Es cierto y podemos, Ana. Existe ese ímpetu que gobierna esta tierra y tenemos por seguro que se deja ver. El progreso es ese hombre y este canto, habitando cada segundo oportuno, cada iniciativa. Nuestro porvenir es único y transformable. Muy a pesar de esa ralentización de los sentidos, del que habla el poema, sobre droga y fármacos que advertiría, ya, Peter Sloterdijk en “Extrañamiento del mundo” como contingencia o evasión. Sin embargo y no obstante hoy día creo que no es así, creo más bien lo contrario, la gente se mueve debido, ya, al grave deterioro de nuestros sistemas de reparto y equidad. La situación es tan insostenible que desde la acción, la literatura, las artes y cuantas voces contribuyen, demandan cada día que pasa precisamente ese cambio. Muy a pesar de que en los medios no se haga notar, pero que existe.
Enhorabuena por esta contribución, Ana
Un abrazo
Muchas gracias, Miguel, me agrada mucho tu comentario y me hace pensar.
Un fuerte abrazo, amigo
Ana
Publicar un comentario