jueves, 23 de mayo de 2013

LA MUÑECA

*
La muñeca de viento
es como la sangre
de los impenitentes
que, náufragos, desfilan por las colas
de los supermercados de la vida.

Ella busca en los huecos
de la carencia oculta de la gente.
Ella escarba en los círculos de hielo,
donde los seres fríos, sonámbulos de luz -
persiguiendo icebergs
en los sueños de luto -
se refugian sin límites.

La muñeca de fuego es nuestra sombra infame, herida como un sol de terciopelo, buscando la belleza en las criptas del miedo y del terror.

La muñeca de lodo somos todos,
renegados de aquella luz sin párpados.

Nos lleva hacia los mundos de locura,
donde la orfandad
nos roza las clavículas
y nos mantiene unidos a la nada.

La muñeca sin brazos, sucia y rota, es lo que nos espera si no empezamos pronto a amarnos sin recodos, sin mentiras, ofreciendo a los otros lo que anhelamos siempre en las visiones, más allá de los cubos con fármacos y pánico, más allá del teatro y los disfraces, más allá de las máscaras de amianto, entregadas al dios de las pirámides que codirige el mundo con los diablos que invaden las esquinas de los hombres.


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

María Socorro Luis dijo...


Grande, inmenso, urgente e imprescindible.

... "la muñeca sin brazos, sucia y rota, es lo que nos espera si no empezamos pronto a amarnos sin recodos... ofreciendo a los otros lo que anhelemos..."

Estoy convencida. El amor y solo el amor universal, es la clave de la salvación del mundo.

Un abrazo, Ana

Ana Muela Sopeña dijo...

Eso creo, Soco. Sin amor vamos mal...

Un beso
Ana