viernes, 28 de junio de 2013


SOMBRA DE UN TÚNEL

*
Sobre la sangre, entre la piel de los vampiros,
quiero soñar con ciudades amadas de lodo
para que siempre me devores.

Hace tiempo, en mundos desolados por el frío,
la belleza de la tierra
me permitió besarte
con lunas de escarcha bajo cielos de relámpagos.

Cuando me olvido de tu nombre
y contemplo los árboles
con niebla sobre el musgo,
en mi visión de almizcle
eres sólo la sombra de un túnel
donde yazgo sin pánico a la herida.


Ana Muela Sopeña

EXISTÍAMOS

*
Existíamos sobre el filo de la navaja
y allí bailábamos nuestra particular experiencia
cada segundo de estar vivos.

Luego vino la institucionalización del tiempo,
la cuenta de resultados,
la insoportable pérdida
de la calderilla para comprar bono loto,
el deslumbramiento del cálculo
y el gambito de dama.

Permanecí en la sombra
como la primera vez,
pero tú seguiste deambulando
por los territorios imposibles
de la razón
y el lazo que te unía a mi matriz de loto
se cortocircuitó
cayendo en el absurdo.

Yo,
en cambio,
continué vinculada a tu esencia
de huérfano y licántropo.

Como señor de las bestias
me descuartizas en tu sueño.

Mas yo no habito en ese sueño
que es una proyección de tu pánico.

Yo sigo cabalgando quietamente
sobre tu cuerpo liviano
que abraza la montaña de jade.

Existíamos
sobre la cuerda de un funambulista
y todo era terriblemente bello.

Ahora,
contabilizas con un ábaco
todos tus movimientos
y crees que el ahorro
es lo más adecuado.

Has concebido la idea
de que el amor sin meta ni objetivo
es una pérdida de tiempo,
y tú, ignorante de todo,
te estás asfixiando
con los relojes que inundan
tus lugares habituales.

Sólo tus ojos navegan
por océanos de ámbar.
Tu cuerpo yace adormecido
con el licor de mandrágora,
poseído por las brujas de Salem
y torturado por la rueda del Samsara.


Ana Muela Sopeña

miércoles, 26 de junio de 2013


ESCUCHANDO PENELOPE'S SONG DE LORENA MACKENNITT

*
Que el hilo de la esperanza
no se rompa,
mientras el agua
fluye bajo el puente
y la belleza inmarcesible
se expresa a través de las nubes.

Que el río del destino
permita a la luz
de una noche de plenilunio
amar el fuego de una vela,
al tiempo que las aves
habitan un muelle en la penumbra.

Que la niebla
de un promontorio abierto
se funda con la lluvia,
para que las sombras de tu piel
se transformen en ciudades
inundadas por la magia.

Que el castillo
donde mora tu pánico
se convierta
en un sueño poblado
por aulagas y madreselvas.

Que los lobos del bosque
aúllen fuertemente hasta tu hogar,
para que la nieve se derrita
y surja tu corazón
dispuesto para el encuentro.


Ana Muela Sopeña

MUJER DE NIEBLA

*
Una mujer de niebla
mira un barco en la distancia
y espera entre visiones
el mundo que hace tiempo se extinguió.

Contempla con sus ojos de obsidiana
las horas que se imbrican en lo mágico
y su cabello ámbar
ondea a contraluz
para soñar sonámbula
sin piedras en lo oscuro.

A lo lejos un arpa
entona melodías inaudibles,
mientras ella recuerda
imágenes de bruma en la llovizna.

Una mujer de agua
no olvida la canción de la tormenta
ni el relámpago azul de las sibilas.

Ama desde la cueva de medusa
el misterio del mar
y respira sin pánico
hasta diluirse en el silencio...


Ana Muela Sopeña

lunes, 24 de junio de 2013

ESPÍRITUS DEL FUEGO

*
Bailan las llamas suaves bajo el viento
para quemar lo antiguo, la chatarra,
y llevarnos a mundos más amables
con la renovación de las mareas.


Ana Muela Sopeña

sábado, 22 de junio de 2013


TU NOMBRE DE SUEÑO

*
Cuando la noche me sonríe
en la penumbra del crepúsculo
tu nombre de sueño
me lleva por abismos de orfandad
a través de palabras en la sombra.

En medio de memorias ancestrales de niebla
un cristal de nostalgia
se desliza en el perfume
de nubes y llovizna.

El tiempo con su imagen de visiones
me sorprende en la bruma con sus lágrimas.


Ana Muela Sopeña

jueves, 20 de junio de 2013


DONDE EL AMOR ES VÉRTIGO

*
Contemplo el árbol de los sueños
en la desnudez de la belleza.

Diviso la orfandad
en la noche cerrada
y una silueta oscura dibuja en el vacío
su respiración bajo las nubes.

Un animal se esconde en vuelos de palabras.

Se esboza en el solsticio
la caligrafía de las sombras,
mientras la humedad de las aceras
compite con la lluvia.

Las sílabas se exilian a otras calles
donde el amor es vértigo y relámpago.


Ana Muela Sopeña

miércoles, 19 de junio de 2013


HERIDO EN LA ORFANDAD

*
Herido en la orfandad
te veo por las calles
de esta ciudad desnuda.

En los semáforos:
la ecuación infinita del vacío.

Amas a los animales de los sueños
y presientes que el mundo
es sólo una utopía
que se oculta.

Tu rostro se hace agua
mientras mis manos
de lluvia
persiguen de tu piel tan sólo el gozo.

Nuestro tiempo
en tu reloj de arena se extinguió,
como si fuera un tiempo
un tanto extraño
casi surrealista, una visión.

Pero en mi tiempo
perviven para siempre tus imágenes.


Ana Muela Sopeña

martes, 18 de junio de 2013


LICANTROPÍA OSCURA

*
Suena la alarma en calles
donde la oscuridad casi metálica
me hace recordar
a los animales de la noche.

Licántropos de niebla
me atacan por la espalda
y me dictan mensajes al oído
para que me defienda
de la depredación y de la insania.

Aullidos en la bruma
me dirigen a mundos
de espíritus errantes.

Merodeo por las plazas
y diviso noctámbulos
paseando con lluvia su orfandad.

Encarnan
el alma subterránea
de esta ciudad sin nombre.

Son ellos las metáforas
de un solitario círculo
que insondable se alza
sobre los habitantes de la urbe.

Licantropía oscura
en la hermandad del frío.
Los hombres, como lobos,
persiguen sin descanso
las matrices de loto.

Dicen que están buscando
el placer del momento,
pero lo que persiguen realmente
es penetrar el numen de la luz
para engendrar la sombra más abyecta
y que nazcan los híbridos sin ojos.

Licantropía oscura,
yo escapo de tus fauces
y me refugio en barrios de suburbios.

Deseo comprender
la alquimia de tus códigos,
tu penuria escondida
y la ecuación maldita de tu sombra.

Sombra que está quemando
las células de cobre
de todos los humanos.

La humanidad aspira a ser de cuantum
con frecuencias lumínicas de estrellas,
pero también
en las mitocondrias del genoma
anidan
los anhelos licántropos de niebla
en lucha predadora
por siglos y por siglos.

Parece una partida de ajedrez
donde las blancas tienen la estrategia
para culminar su jaque mate,
pero las negras han tomado el centro
y no quieren dejar sus posiciones.

Licantropía oscura,
la que tiembla en los goznes de las puertas
y nos lleva a abrazar
a través de la cópula
de los amantes árticos del tiempo
la fuerza involutiva paleolítica.

Bibliotecas de árboles y estrellas
con los pulsos errantes de la historia,
ampáranos con tu luz
en liturgia de besos, en los muelles,
para que los licántropos
que aúllan
y están en nuestro código genético
se transformen en lobos de las Pléyades
y sean mensajeros de otro sol.


Ana Muela Sopeña

martes, 11 de junio de 2013


MATRIZ DE LOTO

*
En la matriz de loto
anida el gran misterio de la diosa
que nos impulsa a ser
más amorosos
y a ascender a la cumbre
de la creación y la belleza.

Los pétalos disuelven con su luz
la ira, la codicia,
la furia y lo perverso.
Desintegran el odio
con su frecuencia suave de los púlsares.

En la matriz de loto
el infinito abismo de la muerte
se transforma en la danza de la vida.


Ana Muela Sopeña

ELLA

*
Se la llevó la lluvia
en su hoja de acero
al mundo desolado del abismo,
donde nadie da voces
ni en los sueños.

Descendió hacia la nada
envuelta con un manto de morfina
mientras todos sentían la impotencia.

Se fue sin esperanza
por espejos de luces y de llantos,
con la mirada abierta
de un sol negro y sin mácula.

Atravesó las sombras del delirio
para despertar a los sonámbulos.

Se adentró en la sonrisa de la muerte
con el alma drogada
en medio de las lágrimas de todos.

Recorrió las etapas
de la evolución de la conciencia
en meses de dolor y de agonía.

Se marchó
batallando
por la vida,
antes de comenzar el deterioro.

Ella
se volvió como el agua de los lagos
y por las noches vuelve
para atormentar a los demonios.


Ana Muela Sopeña

domingo, 9 de junio de 2013


LATIDOS DE AUSENCIA

*
La lluvia me acompaña
mientras mi cuerpo sabe
de la soledad sin artilugios.

Suenan los coches a lo lejos
y una campana herida
marca las horas extraviadas del exilio.

El tiempo pasa girando
entre sonidos híbridos del mundo
y lunas de silencio.

Habla mi alma en horas
del árbol de la vida y de la muerte.

Escucho la canción del universo
en pretiles de muelles y en la arena.

Hay un ritmo que pulsa los crepúsculos dorados
y deja entre las nubes
los latidos de ausencia...


Ana Muela Sopeña

EXILIADA DE TI

*
Exiliada de ti
me desplazo sonámbula
sobre la barra de equilibrios.

A un lado tú eres alguien
que brinda el crimen perfecto
en la rueda continua de la vida.

A otro lado eres otro,
el que abraza la cuerda que te impide
ser desdichado.

Exiliada de ti
voy avanzando
sobre un camino yerto de cenizas.

Sobre la tierra negra
la penumbra encantada de un tiempo sin excusas
adherido a la piel.

Bajo la estrella roja tu cuerpo de centauro
que busca baratijas en las tiendas
de antigüedades.

Exiliada de ti
me dirijo al castillo
de los espejos.


Ana Muela Sopeña

sábado, 8 de junio de 2013


DAME UN COPA

*
A Pere Bessó, aliado en la palabra


Dame una copa llena de palabras
entre los labios híbridos del sueño,

adjetivos del viento de la tarde
sobre la piel amada del mutismo,

pronombres silenciosos en la noche,
en el cuerpo del mundo.


Ana Muela Sopeña

viernes, 7 de junio de 2013


PURO AZAR

*
A veces en el fondo de tu sueño
encuentras la verdad envuelta en mitos
y descubres el código y los ritos
envenenados ambos con beleño.

Tu alma siente el viento más sureño
y persigue en el mundo sombra e hitos,
escapando deprisa de los gritos
para encontrar las horas del empeño.

A veces los presagios de la historia
desmantelan deprisa la ilusión
y arrojan sin dudarlo todo al mar.

Y la vida continua es una noria
donde siempre es herido el corazón.
Ser víctima o verdugo es puro azar.


Ana Muela Sopeña

HORAS DEMONÍACAS

*
Aquellas horas fueron demoníacas
como si alguna extraña maldición
nos hubiera inundado con su sombra.

Los diablos reían de nuestros cuerpos de cristal.
Un ejército pleno de entidades
salidas del submundo
nos atormentó con sus tridentes.

Ahora sólo queda
caminar sobre el frío de la noche
en la soledad más infinita...


Ana Muela Sopeña

jueves, 6 de junio de 2013


MI SOMBRA ANIMAL

*
Contemplo entre las horas
mi cicatriz hecha de sangre.

Las estrellas con bruma son aliadas
de mi sombra animal.

Respiro
en
cementerios
de la luna
el alma de visiones
con bordados en árboles e hilos misteriosos
que se adhieren al mundo.

Camino
quietamente...

En el rumor del agua
escucho
la noche en su silencio.


Ana Muela Sopeña

EN LA ARENA

*
Una mujer se diluye en la arena
para soñar con la luz de un alarde
mientras el sol se pregunta en la tarde
cómo sanar en lo oscuro la pena.

Fluya el amor como el agua que suena,
como ese árbol, que no se acobarde,
sobre los campos de trigo, que guarde
la estrella blanca de dulce azucena.

Una mujer se disuelve en el mar
con la visión de una luna rojiza
cuando su alma se muere de frío.

Y los espíritus saben de azar
entre la hierba y la piedra caliza
con la nostalgia de un mundo sombrío.


Ana Muela Sopeña

miércoles, 5 de junio de 2013


VIENTRE DE SOMBRA

*
Dame un vientre de sombra
para contener en ti
todo lo perverso.


Ana Muela Sopeña

SANGRE DEL ALBA

*
Se derrama la luz sobre mi herida
y la sangre del alba se hace sombra.

Todo lo que en los sueños
nos sorprendió de un modo equinoccial
parece que se ha ido
por el acantilado de los camaleones.

Un reptil en la piedra
me avisa del peligro.

Con la taquigrafía que escriben los relojes
se escucha un vals muy lento
que recuerda la música ancestral.

Calculo la ecuación de la distancia
despejando la incógnita de arena.

Una mujer sin numen
venida del océano me condena al exilio.

A pesar del insomnio y la utopía
la visión se diluye entre las horas.

Has matado al muchacho del espejo
con un puñal de nombres.

La esquina de este tiempo nos arropa
en mitad del desastre.

Fluyen mis lágrimas sobre el lodo invisible
y busco entre las páginas de un libro
los pétalos de rosa
que nunca conocieron la extinción.


Ana Muela Sopeña

martes, 4 de junio de 2013


ARDE ESTA CICATRIZ

*
Arde esta cicatriz en mi vientre de luna.
Palpo un volcán de sombra
en tu piel consagrada a lo diabólico.
Se esconde mi dolor de tu agravio en el cieno.

Me clavas tu puñal de transparencia
con la brutalidad de un ser sin ojos,
mientras mi llanto cae como la escarcha.

Simulo que estoy bien
y la fuerza ancestral de los ciclos eternos
me construye en presagios y palabras,
pero la realidad es muy distinta.

Me arrastro en la penumbra
casi descuartizada
por tus armas letales.

Tus mundos demoníacos me hieren
en el confín del hambre y la orfandad.

Arde esta cicatriz
en mi cuerpo que flota sobre el lago
como un suave nenúfar...


Ana Muela Sopeña

domingo, 2 de junio de 2013


CONDENA SOLITARIA

*
Sufro de una condena solitaria
en medio de la bruma de las noches
mientras cuido la luz del sueño lúcido
y enciendo las estrellas de Caronte,
para cruzar el río de la vida.

Aguanto un frío gélido de tierra
al remover el fuego y el carbón.


Ana Muela Sopeña

EPITAFIO

*
Tu rostro no se inmuta
con el amor que un día te entregué
transido de la luz y las mareas,
atravesado en sombras por la luna,
inundado de roces tan sutiles
que tocaste sin darte casi cuenta
el paraíso alado de lo único.

Tu semblante está muerto y no me miras
porque estás escribiendo tu epitafio.


Ana Muela Sopeña

INFIERNO

*
Tus palabras rozaron el infierno
y me arrojaste frío a aquella hoguera:
un veneno letal tu madriguera,
habitación de monstruos del averno.

De pronto yo sentí nieve de invierno
en mi piel sin historia hecha de cera
y supe que tu alma era una higuera
atrapada en un cuarto no fraterno.

Entonces comprendí tu sombra herida
por las maquinaciones de un adulto
transformadas en frases convenientes.

Averigüé tu ruta sin salida
y permití entregarte aquel indulto
en las horas nocturnas más candentes.


Ana Muela Sopeña

sábado, 1 de junio de 2013


DE TU MUERTE Y TU VACÍO

*
Las palabras salieron de tu boca,
pero no de un modo amable como yo hubiera querido
sino acompañando a un ejército de víboras.

Me atormentaron un día,
pero después
arrojé al mar
los tóxicos del hambre.

Y supe de tu muerte y tu vacío
cuando vi las tumbas de tus padres
con sus nombres grabados.

Imploré al universo
para que me arrancase de tu vientre
y mis plegarias blancas en la noche
me permitieron escapar
de tus letanías de inframundo.

He pasado la página
que te nombraba en calles de la ciudad desnuda
y ahora vuelves melancólico
a ser un hombre
sin identidad y sin historia.

Eres de nuevo un ser sin rostro
que deambula por aceras
de esta urbe sin alma,
donde la utopía
yace enterrada para ti
bajo las sepulturas de los sueños.

Eres sólo una sombra entre las plazas.
Caminas junto al humo de los anestesiados.
Sollozas en silencio
en el íntimo segundo,
justo antes
de sumergirte en el olvido.
Y tu vida execrable se hace agua,
mientras destruyes todo lo que tocas.
La voz del viento sabe de tu llanto,
pero la piedra es siempre tu disfraz,
mientras los muertos alzan su temblor
a través de tu casa sin espíritu.
Los relojes de la luna son amigos
de tus sucias mentiras...

La lluvia va lavando en un ritual
las excusas que siempre has inventado
para hacer de tu vida un cuento gótico.

Danza, maldito, en tristes cementerios.
Abraza ya al demonio que te abraza
y deja de jugar con los pentáculos
en el país oscuro
de nunca jamás
con las ninfas urbanas que aún sueñan.


Ana Muela Sopeña