*
La soledad lacera mi piel híbrida
y siento al animal en el vacío
mientras las calles alzan su temblor
en la inmediatez de la nostalgia.
El frío con la lluvia
me envuelve en ese manto de silencio
que administras con sangre de reptil.
Viajo hacia alguna parte
en el tren de tu infancia.
Allí estás dentro
de una visión de agua,
en mitad de la niebla de otra época.
Consciente del sonido de las horas
retrocedo al pasado.
Atesoro tu imagen,
cuando aún eras niño.
Abrazo en el espejo
a aquel ángel con alas, antes de la caída,
y siento interiormente tu pulso palpitando
como un gorrión de lluvia...
Ana Muela Sopeña
martes, 21 de enero de 2014
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2 comentarios:
Momento frágil, lleno de ese encanto poético. Precioso.
Julie, gracias por venir...
Un beso
Ana
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