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A Jerónimo Muñoz
Caracolas de mar sobre los sueños
que emprenden recorridos en umbrales
donde todo es posible en lejanía.
La mirada hacia el agua
desde un balcón de niebla:
sonido de las olas
amamantando el aire
y la furia del viento por las noches.
Un hombre que seduce al universo
para escribir palabras
que exorcicen la duda y la nostalgia.
Recuerdos congelados
a través del abismo y la memoria
y pronombres que huyen
de la ebriedad del mundo.
Detalles sumergidos en la bruma
resuenan en la arena
que aguarda las pasiones, sin un límite.
Ana Muela Sopeña
miércoles, 5 de marzo de 2014
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