*
Las palabras caían como arena
sobre los diccionarios siderales.
Se derrumbaban adjetivos en el sueño
mientras el agua huía de la historia.
Los hombres a su vez eran muy rápidos,
sabían del misterio de los dioses
adheridos a piedras ancestrales.
Las palabras siguieron
en una trayectoria sin sentido
a través de la pérdida del humo.
El viaje del espacio se hizo sombra.
En la sal de la herida
ya todo era imposible.
Los verbos regresaron a su gruta,
rumbo a las bibliotecas de la luz.
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Trayectoria sin sentido, en efecto... Un abrazo.
Muchas gracias, Darío, por venir...
Un beso
Ana
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