domingo, 20 de julio de 2014

DE NAUFRAGIOS

*
Pasa el tiempo nostálgico
en la ciudad que sabe de naufragios.

Deambulan transeúntes por aceras
y arrastran con sus cuerpos
infinitos cordones
de relaciones rotas.

Las mujeres seducen con su rostro
a la humilde morada de la ría.

Los hombres combativos
respiran la batalla
y crean entre sueños las imágenes
de utopías futuras.

Recorro plazas, parques,
estaciones,
veo tranvías, metros y farolas,
en cada espacio habita
un deseo imantado por la luna.

Los amantes transforman
una ciudad de sombra
en una luz
que atempera la herida de los lobos.

Ellos crean el tiempo,
más allá de los límites de tierra,
transmutan frustraciones
en la visión del águila y del sol.

Adoran fantasías
y construyen la historia,
la que no tiene nombres, fechas, horas,
la que tan sólo pulsa escenas de pasión
contenidas en mundos invisibles.

Los amantes ascienden por las cumbres
de la ilusión perpetua
a través de los siglos y milenios,
entrando y saliendo de las eras,
recorriendo los templos
del Big Bang
y dando su energía a la galaxia.

Más tarde caen despacio
en el averno
por precipicios de obsidiana,
llegando a ser estatuas
con lágrimas de piedra en el silencio.


Ana Muela Sopeña

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