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Los trenes me recuerdan a la infancia.
En la estación la gente viene y va
como si hubiera algo oculto y sórdido
que moviese los hilos de sus vidas.
Todo me habla de ti,
pero tú ya te has ido
al lugar donde el caos es como el mar:
revuelto y sin sentido.
Y yo ya no te espero,
ya no hay nada que dar.
Ya todo se ha extraviado en el camino.
Y ni siquiera sé
si alguna vez te tuve
o alguna vez fui tuya o nos amamos.
Ya no sé nada más...
Tan sólo escucho el ruido de los trenes
y pienso en la partida a algún lugar.
Donde un hombre me espere
y pronuncie mi nombre...
Ana Muela Sopeña
martes, 28 de abril de 2015
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2 comentarios:
Por qué las estaciones y los trenes inspiran siempre tan bellos poemas?...
Te dejo mi correo, el tuyo lo perdí cuando el asunto Terra. Gracias Ana, y abrazo. socopoemas@terra.com
Hola, Soco, ya te escribo a tu correo.
Sí, las estaciones sintonizan con el devenir de las experiencias de la vida.
De hecho, cuando estamos mal, si hacemos un viaje nos curamos un poco. El movimiento, el ver cosas y personas distintas son realmente una terapia.
Me encantan las estaciones por lo que tienen de movimiento.
Quizás deberíamos ser más nómadas. Entonces podríamos estar mejor a nivel emocional porque el movimiento limpiaría todo lo que ya no sirve...
Besos
Ana
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