*
Atravieso el infierno
de los demonios interiores,
allí donde reside tu traición.
Me envuelvo con la sombra de los días
y siento los latidos de la rabia.
Desciendo por las cuevas de la furia,
con oleadas de ira
de una diosa que vive en el tormento
de la emoción desnuda.
Divido en mi piel cálida
las palabras destructivas
y disuelvo con ácido
el instante terrible
de la incisión más cruel.
Ana Muela Sopeña
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