lunes, 29 de junio de 2015


AL AMIGO PERDIDO

*
De pronto lo fugaz se ha revelado
al marcharse el amigo para siempre.
La vida es ya muy corta sin sus máscaras.

Todo se ha hecho más nítido en la pérdida.
La muerte, por la espalda, es una sombra
que pacta con el alma sin disfraces.

El amigo ha marchado sin aviso.
La lágrima recuerda en el silencio
lo importante de hablar antes del fin.

Porque nada es eterno, todo efímero.
Sólo perdura viva en la memoria
la rosa inmarcesible del espíritu.


Ana Muela Sopeña

DESNUDA

*
Desnuda
me disuelvo en la nada
de esta historia que nunca tuvo meta.
Me diluyo en el agua
de un tiempo consagrado a la belleza.
Me baño en el relámpago,
me desintegro en lágrimas de lodo.


Ana Muela Sopeña

SOMOS

*
SOY

Soy la mujer de agua que te escucha
en lugares de arena sin un límite.

Soy la mujer de niebla melancólica
adherida a los montes de la luna.

Soy la mujer de fuego
que constela el presagio entre las nubes.

Soy la mujer de bruma
lasciva como cirros en invierno.

Soy la mujer de aire
que contenta se esconde de miradas.

Soy la mujer de tierra
que renace contigo cada noche.

Soy la mujer de lluvia
arrodillada en días de neblina
para sorprender a los que sueñan.

ERES

Eres el hombre de agua
que cómplice me mira
bajo la luna negra.

Eres el hombre fuerte de las cumbres
que imanta despedidas con el humus.

Eres hombre de fuego
amado por las diosas de la magia.

Eres hombre de bruma,
quimera en la crisálida nocturna.

Eres el hombre de aire
oculto en los caminos del ensueño.

Eres hombre de tierra,
asustado con cosas que no importan.

Eres la lluvia suave,
adorando los tiempos
que transcurren felices sin saberlo.


Ana Muela Sopeña

domingo, 28 de junio de 2015

sábado, 27 de junio de 2015


SOSTENERSE

*
Sostenerse en el vacío
antes de que la piedra
te arrastre con su sombra.

Sostenerse en la tierra
a pesar de los embustes
y las trampas terribles de los sueños.

Sostenerse en el fuego
mientras la pasión te quema
y te reduce a cenizas.

Sostenerse en el hielo
más allá del desamor
con los trineos del Ártico.

Sostenerse en el agua
pese a las radiaciones del Pacífico.

Sostenerse en el aire
mientras la vida pasa en lo invisible.

Sostenerse en el vacío
porque nadie será tu red en la caída.


Ana Muela Sopeña

martes, 23 de junio de 2015


LUZ Y SOMBRA

*
SOMBRA

Soy la sombra sin alas de tu sombra
perdida como un ángel
caído en la ciudad.

El insomnio me lleva por abismos
que desconectan siempre
mi vértigo de ti
de la alquimia del sueño.

Soy el viento sagrado,
ese que te respira
mientras ocultas
la tristeza ancestral.

Soy la luz del encuentro,
el fuego de tu espada.

Renazco como un cáliz
cada hora.

Soy la sombra extraviada
en tu orfandad desnuda.

LUZ

Soy la luz sin pasado de tu luz
agazapada en pájaros de lluvia
que habitan en las plazas.

El alba me persigue por las calles
que unen mi deseo con tu cuerpo lascivo.

Soy el agua que inunda
tu mundo sumergido en el silencio.

Soy la sombra que pacta
con tu piel,
una alianza de espíritus.

Me muero cada día
como una mariposa en el relámpago.

Soy la luz que te alumbra
cuando todo se apaga cada noche.


Ana Muela Sopeña

viernes, 19 de junio de 2015


DESEO

*
I

Sea mi luz tu canto de esperanza
en medio del infierno
de tu herida.

Atraviese mi mundo creador
tu alma ensangrentada
y tome de tu estigma
la belleza serena
de un lienzo sumergido
en el relámpago.

II

Sea tu piel espíritu del arte
en mitad del camino
de un purgatorio lleno de sollozos.

Tome mi mano el pulso de la tuya
para viajar a orillas del Leteo.

III

Una mi sol tu círculo del cielo
a la esfera astronómica eonaria
donde no existe la tortura vengativa
ni un pasado nublado por el llanto.

Donde todo parece
una alabanza
al infinito amor de los que aman.


Ana Muela Sopeña

LA MIRADA SOMBRÍA

*
La mirada sombría
conecta la ciudad con otra luz,
allí donde los sueños son memoria
de una infancia perdida entre la bruma.

Te veo entrelazado con el tiempo
que persigue lo oscuro entre las calles
para vivir lo sórdido en suburbios,
en los brazos prohibidos
y otros labios
buscando al soñador de medianoche.

Eres la imagen nítida del hombre,
del misterio robado a los ilusos.
Amanece en tu piel de herida y sombra
con historias de mitos familiares.

El árbol genealógico es tu círculo
anclado en la espiral de lo imposible.
Allí los arquetipos se hacen llanto,
se convierten en lágrimas de arena
más allá de nostalgias ancestrales.

El hombre que se fue
por el abismo
y dejó destruida a un alma cándida
resuena en tu interior
como extraviada música del agua.

Y aquel otro que quiso retener
a la mujer de mundo,
mas sólo consiguió la soledad
al ser abandonado en su tristeza.

Después vino el rescate
de la virgen burlada.

Estas etapas son como una rueda.
Se repiten al ritmo de tus miedos.

Pronto amanecerá
y tus ojos cerrados se abrirán
al pulso del amor,
más allá de este ciclo destructivo
del eterno retorno.


Ana Muela Sopeña

INFAMIA

*
La infamia le conecta con la herida
atravesada en mundos denostados
por los golpes del tiempo.

Y él de nuevo viaja
por la depredación y la locura
llegando a un infierno
donde el dolor le hiere las entrañas.

La vileza marcó su infancia azul
y prometió entonces
vengarse de lo cruel sin dar excusas.

Ahora es un ángel tenebroso
que arrastra con sus alas de metal
al infierno de Dante
a las almas perdidas en la sombra
de las lágrimas negras.

Y todo va pasando muy despacio,
en sentimientos turbios,
que le llevan por vías arrasadas
donde todo se anega en el silencio
y la fe se ha extraviado para siempre.

La infamia es su motor,
pero también su ruina y su desdicha.

La vida es un samsara,
un "eterno retorno"
del que no sabe aún cómo salir.

La infamia es su defensa,
mas también su veneno
y la causa letal de su tristeza.


Ana Muela Sopeña

sábado, 13 de junio de 2015


CUATRO PINCELADAS

*
I

En la sombra deshilo cada intento
mientras la luz azul
hace su trabajo.

II

Estrella de agua
en tus ojos dormidos.
Revelación.

III

Alma dormida
en los brazos del mundo.
Lágrimas negras.

IV

El instinto se acalla
en tu corazón tan solitario.


Ana Muela Sopeña

CIUDAD

*
Hace tiempo que no estamos juntos
mas la ciudad dormida
nos acoge con luz en su sombra.


Ana Muela Sopeña

TU SOMBRA

*
Tu sombra es mi delirio
que subyace en siluetas
sobre un muro.

Mi sonrisa es tu mundo alternativo
a una luna cruel, salvaje y fría.

Nuestros yoes ocultos
se esconden bajo sábanas de estrellas.


Ana Muela Sopeña

GORRIÓN

*
I

Un gorrión diminuto
errante sobre aceras de cenizas,
alza su canto triste.

II

Te veo sin la máscara
mientras la lluvia cae de los tejados.

III

Un pájaro escarlata me sorprende
en medio de la luz de un aguacero.

IV

Te miro en el relámpago
mientras mi corazón se transfigura.

V

El vuelo solitario
derrama sobre arena los recuerdos.


Ana Muela Sopeña

martes, 9 de junio de 2015


HUYENDO DEL NAUFRAGIO


*
Mi hélice de amor entre los ojos
para sentir la vida de la nada,
más allá de la luna consternada
en medio de los cálidos despojos.


La belleza de un mundo en despedida
se entrampa con la música de lodo
que se une con la piel y de ese modo
alumbra con la noche la partida.


El adiós se entrelaza con el mar
y la tristeza apátrida es la muerte
que escapa del refugio en la datura.


Ahora lo importante no es amar
sino buscar la piedra de la suerte,
huyendo del naufragio en la locura.




Ana Muela Sopeña

CUARGO MENGUANTE

*
La luna desconecta
de su guarida blanca
y luce parpadeos
a través de palabras.
Acecha sin temor
en medio de mandalas
y sueña con estrellas
que se tejen con almas.
La diosa del abismo
alumbra entre la nada
a los dioses del cambio
que buscan una casa.
La luna sobre el mar
permanece con brasas
al tiempo que la brisa
sopla como una danza.
Sin pánico no olvida
su memoria de dama
y cuenta sus historias,
sus escenas amadas.
La luna disminuye
los conjuros y marcas
que negras en su gruta
juegan con sombra y caras.


Ana Muela Sopeña

PLEGARIA NOCTURNA

*
Padre, madre,
del universo lúcido y amado,
amparadme en la luz
de la compasión de las galaxias.
Que vuestros planetas híbridos de sueño
me protejan por siempre
de las sombras malignas
y de las acechanzas del demonio.

Padre, madre,
del cielo combativo y luminoso
custodiadme con fuego
arraigado en el tiempo del amor.
Dadme el viento del norte
y un relámpago azul en el olvido.

Padre,
que la esfera divina
de los nueve coros angélicos
me rodee con su fuerza
y así
nada malo pueda sucederme.

Madre,
que la espiral desnuda de los púlsares
me envuelva con sus átomos
y me lleve a los límites del mundo.

Espíritus angélicos,
que una lluvia constante de bondad
me limpie y purifique
de cualquier maldición,
atadura o conjuro de la luna.

Que la espada de luz
de San Miguel arcángel
me ayude a renacer
en el paraíso de los justos.

Que el manto sanador
del arcángel Rafael
me permita curar
mi corazón atormentado.

Que el cáliz
del arcángel Gabriel
me guíe por caminos
de paz e integridad.

Que el rayo de la luz
roja y dorada
del arcángel Uriel
me mantenga a distancia
de diablos, demonios
y espíritus perdidos
en el infierno oscuro
de la traición oculta.

Madre,
ampárame con tu manto
de ternura infinita.

Que la belleza inmensa
de las nebulosas y asteroides
me transmute en un ser
adherido al ADN de la luz.

Que las estrellas
de la constelación de Orión
guíen mis pasos trémulos
por senderos repletos de armonía.

Que el Sol sea mi estrella
y todo lo que pueda
adherirse al espíritu del bien
acompañe mis días.

Que los cuásares
me deslicen por centros de energía
donde la soledad no exista.

Que la puerta que conduce
a la maldad tan pérfida
quede sellada para siempre
con las palabras de protección
y con la medicina
de la visión exacta de las cosas.


Ana Muela Sopeña

DE SÓRDIDA NATURALEZA

*
Me empeñé en algo
de sórdida naturaleza.
En el brillo
de los combates alados
moraba Lucifer riéndose de mí.

Amé del ajedrez
el juego de la dama
en su ilusión
tan cándida y tan pérfida
a la vez.

El alfil de rey
fue mi aliado
en la utopía de los pájaros nocturnos.

Supe de la estrategia militar
y sin embargo
opté por la pasión
arraigada en el tiempo de los astros,
para dar nacimiento
a un mundo de luz en el abismo.

Permanecí extasiada
con las palabras híbridas de sueño.

En el crisol del alquimista
amé sin cercenarme.

Me olvidé de los límites
del hombre de los hielos.
Lo elevé a un monolito
de proporciones gigantescas.

Al final me atacó
como si fuera oscura y predadora.

Escapé de la quema
con la incisión precisa,
como si nunca hubiera sido una mujer volcánica.

Me adueñé de un destino indescifrable,
pero el azar de pronto
se reveló en su esencia más bestial
y tuve que esconderme en un refugio.


Ana Muela Sopeña

lunes, 8 de junio de 2015


SOLEDAD

*
La soledad es un árbol de hielo
que soporta el conjuro de la noche.


Ana Muela Sopeña

SIN FUTURO

*
Solitario en su espejo sin futuro
avanza el caminante
por la avenida llena de castaños.


Ana Muela Sopeña

EL CONTADOR DE ESTRELLAS

*
El contador de estrellas
deambula por la urbe con el olvido en la frente
de un conjuro pasado,
en historias envueltas en la sombra.


Ana Muela Sopeña

viernes, 5 de junio de 2015


SOBRE ACERAS

*
Un hombre solitario
camina por las noches sobre aceras
y mira a Aldebarán contando sin futuro
las nubes de su sueño.

Las calles se parecen a la niebla
y los contenedores saben ser
un símbolo de lluvia...
y un portal ignorado
el miedo de ser alguien vulnerable.

Un hombre que olvidó
el olor de su infancia
atraviesa un infierno,
mientras la ciudad se torna fría.

Sus paseos se vuelven
invisibles.
Hay vestigios de vidas
anteriores,
en las rosas veladas de los parques.

Un hombre que perdió
su alma sin historia
en el vertedero de la bruma
pide al Cristo del lago
que le quite el dolor
tan lacerante.
Pero cuando esto ocurre
él mismo se hace heridas
con agujas
en los dedos tan frágiles.

Todo pasa tan rápido
que el fuego primitivo
le alumbra cruelmente
y le invita a forjar
su trayectoria nítida de arena.

Un hombre
que respira en las tinieblas
convierte los suburbios en la música
que ampara entre sus notas
la lágrima escondida.


Ana Muela Sopeña