viernes, 5 de junio de 2015

SOBRE ACERAS

*
Un hombre solitario
camina por las noches sobre aceras
y mira a Aldebarán contando sin futuro
las nubes de su sueño.

Las calles se parecen a la niebla
y los contenedores saben ser
un símbolo de lluvia...
y un portal ignorado
el miedo de ser alguien vulnerable.

Un hombre que olvidó
el olor de su infancia
atraviesa un infierno,
mientras la ciudad se torna fría.

Sus paseos se vuelven
invisibles.
Hay vestigios de vidas
anteriores,
en las rosas veladas de los parques.

Un hombre que perdió
su alma sin historia
en el vertedero de la bruma
pide al Cristo del lago
que le quite el dolor
tan lacerante.
Pero cuando esto ocurre
él mismo se hace heridas
con agujas
en los dedos tan frágiles.

Todo pasa tan rápido
que el fuego primitivo
le alumbra cruelmente
y le invita a forjar
su trayectoria nítida de arena.

Un hombre
que respira en las tinieblas
convierte los suburbios en la música
que ampara entre sus notas
la lágrima escondida.


Ana Muela Sopeña

4 comentarios:

Julie Sopetrán dijo...

Si, los hombres también lloran. Hermoso poema.

María Socorro Luis dijo...

Precioso. Radiografía de uno de tantos hombres sin futuro que caminan por calles sin alma, pisando sus sueños...

Abrazo, Ana

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Julie, es alegre verte entre mis versos.

Besos
Ana

Ana Muela Sopeña dijo...

Soco, es un placer verte por aquí.

Un fuerte abrazo
Ana