sábado, 25 de julio de 2015

LA OSA MAYOR, GUÍA EN LA NOCHE

*
Dubhe abre los caminos creadores
y es siempre un alfabeto eonario
para los buscadores de belleza.

Merak nos lleva por las grutas
encantadas con átomos de fuego
que persiguen la esencia de las cosas
en el quantum divino de la luz.

Phekda es recordatorio de otras vidas,
memorias ancestrales de los púlsares,
un sendero sin niebla para ángeles
ayudantes del humano.

Megrez nos silba la canción
de la octava galáctica.

Alioth es un lucero
que nos hace olvidar cualquier dolor.

Mizar nos brinda fuerza en la batalla
y nos alienta siempre a levantarnos.

Alkaid sabe de heridas en el alma,
por ello con su bálsamo nos cura.

Talitha Borealis es un lienzo
de proporciones áureas sin fisuras.

Talitha Australis canta melodías
mientras los tronos tocan sus trompetas.

Y Tania Borealis nos sosiega
con su armonía de otro tiempo.

También en Tania Australis ensoñamos
los presagios ocultos en relojes.

Alula Borealis nos invita
a transformar el odio en compasión.

Y Alula Australis hace la pregunta:
¿adónde dirigir nuestra existencia?

Muscida alberga siempre en su interior
los pulsos de la noche
sumergida en la onda del misterio.

Al Kaphrh es la guardiana de los sueños,
nunca nos abandona en el vacío.

Las estrellas brillantes
de la Osa Mayor
nos guían en la noche,
acompañan sin pánico a lo oscuro
nuestra alma atormentada por el miedo.

Transmutan nuestro plomo vacilante
en el oro sublime de los sabios.


Ana Muela Sopeña

4 comentarios:

Marta Ortiz dijo...

muy hermoso, Ana, tu reflejo poético de cómo la sabiduría humana queda fijada en estrellas que son emblemas. fuerte abrazo

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias por venir...

Un abrazo grande
Ana

José Valle Valdés dijo...

Se me da muy bien logrado el poema, amiga. De mucho gusto.

Abrazos

Ana Muela Sopeña dijo...

Muchas gracias, José, por pasar por mi espacio y dejar tu huella.

Un fuerte abrazo
Ana