*
Por las calles de lluvia
pasa cabizbaja
la melancolía.
Susurra cada noche
las sílabas del hambre.
La soledad despierta
y
una estatua de bronce
recibe en su misterio
el alma de la bruma.
La ciudad
ya casi no respira,
se queda quietamente
esperando el silencio
de la nostalgia.
Ana Muela Sopeña
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3 comentarios:
Se me muy bien logrado el poema, amiga. De mucho gusto.
Abrazos
Hermoso, Ana!
Gracias, José y Julie, por vuestas palabras...
Un beso
Ana
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