miércoles, 21 de octubre de 2015

CRÓNICAS DE MUNDOS ESTELARES

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Volaremos a Marte alguna vez, a las colonias híbridas humanas. Allí abandonaremos esta Tierra que ha sido envenenada con cesio, con estroncio, con uranio, con plutonio y con tritio. Seremos invencibles, eso dicen. Las crónicas de mundos estelares serán nuestra utopía conseguida.

Nosotros los humanos ya no vemos,
estamos bajo hipnosis colectiva.
Consumimos, gastamos, respiramos...
Agonizamos todos
pero inconscientes
nos dirigimos
hacia la nada informe, apocalíptica.

En las colonias solos, tú y yo, crearemos cultivos hidropónicos y comeremos algas sin los tóxicos.

Somos la única especie prepotente
que comete constantemente errores
al pensar que el dominio del planeta
nos hará triunfar siempre
a pesar del fracaso.

Muy pronto en esas naves los hombres y mujeres elegidos irán a las colonias. Allí transformarán la pesadilla en lenguaje secreto y en avances científicos, sin lastre.

Gaia está moribunda,
mas nadie quiere oír los gritos graves
de ballenas varadas en las costas.
O los gritos agudos
de los delfines
que están muriendo en masa
por cardiopatía isquémica,
en Fukushima.

La soberbia nos lleva a las estrellas, en cohetes enormes. Seguramente el viaje será la solución a este marasmo, a este caos tan absurdo que está convirtiendo a la Tierra en un montón de basura radiactiva.

Y miraremos todos
una luz cegadora
y al fin aprenderemos a pensar...


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

María G. Romero. dijo...

Hermoso y apocálictico poema, Ana.
Ojalá la conciencia se expanda y cada uno en nuestra medida hagamos aquello que esté en nuestra mano por nuestra Madre Natura antes de que ella misma tome las riendas de la situación.
Gracias por tu lúcida visión poética de este caos que nos habita.
Un gran abrazo.
María.

Ana Muela Sopeña dijo...

Ojalá la conciencia se expanda, María.

Un beso enorme
Ana