*
Caminamos despacio
uniendo nuestras huellas con la sombra
y la lluvia que observa nuestra herida.
Sin palabras abrimos los umbrales
de la belleza efímera.
Los cuerpos nos sorprenden
con su temblor de agua.
Visitamos el templo de lo oculto
en medio de la nada.
Nos enlazamos suavemente
con la respiración de los portales.
Me atrapas con tus ojos del océano,
te seduzco en las horas del invierno.
Vamos entretejiendo las vivencias
al tiempo que los meses se diluyen
en la monotonía de las noches.
Deambulamos sin rumbo
bajo la luna atenta a las guaridas,
filtrando nuestro fuego
en la ciudad desnuda, sin fisuras.
Ana Muela Sopeña
martes, 1 de marzo de 2016
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7 comentarios:
Bajo una luna atenta que lo ve y observa todo.
Precioso.
Feliz semana.
Gracias, Amapola, por tus palabras.
Besos
Ana
Siempre ese tono íntimo, Ana. Excelente y bello.
Saludos, nahuel.
Muy hermoso poema, Ana. Lo he disfrutado. Deseo que sigas bien. Besos.
Hermoso, íntimo, con sabor a naturaleza primaria y vital.
Siempre un gusto saborear tu poesía, Ana.
Un abrazo de noche.
Un poema muy hermoso, Ana.
Me ha gustado mucho la comunión del amor con la ciudad.
Un gran abrazo, querida amiga.
Nahuel, Julie, Candela, María:
Agradezco mucho vuestros hermosos comentarios.
Un beso grande
Ana
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