*
El tiempo se sucede inexorable
bajo la luna cruel.
Una rama se mueve,
se columpia sin prisa
con el viento del norte.
Los coches a lo lejos
atemperan el mundo con motores
que pactan con la música callada
en el sueño sin alba.
El instinto del agua
arremete con furia
en medio de tormentas interiores.
Jeroglíficos llenos de silencio
en las plazas desiertas.
Un tsunami se cierne sobre mí
en la ciudad dormida.
Tu voz ensimismada
retumba entre la niebla.
Mi sombra se disuelve
entre los árboles
y nuestro roce queda respirando
en la evanescencia de la luz...
Ana Muela Sopeña
viernes, 8 de julio de 2016
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario