domingo, 17 de julio de 2016

MUSEO

*
Entre cuadros sentimos una luz
que inundó las estancias de temblor.
Los turistas miraban quietamente
grandes obras maestras:
pinturas, esculturas,
esquinas con dibujos,
instalaciones novedosas.

Y tú me contemplabas de reojo
mientras yo respiraba y me movía
despacio, con sigilo,
por los lugares ebrios de la sala.

El cuadro de Chagall me transformó
en una soñadora de otro tiempo.

Tú pensaste en Juan Gris como un gran mago.

Picasso nos llevó hacia su secreto

y laberintos ocres
acercaron sus mundos de metal
a nuestros cuerpos llenos de inquietud.

Cada segundo fue como un relámpago
y una sombra surgida de la nada
disipó cualquier duda

y sentí la certeza de tu mano
sutil como al principio...


Ana Muela Sopeña

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