*
La distancia me une a tu piel triste
mientras me piensas
solo en tu reloj.
Recuerdo de tus ojos la sonrisa
y miro fijamente
tu cuerpo melancólico de niebla.
Somos aliados llenos de locura
que buscan la belleza de las cosas
en medio de la arena y de la herida.
Te pregunto desnuda por tu muro,
pero no me contestas.
Me interrogas descalzo
y yo parezco fría sobre el suelo.
Lo que tenemos es siempre fugaz,
pero quiere la historia
que amemos el instante
sin disfraces.
Tan próximo y a veces tan lejano,
mientras todo se abisma
por la pendiente suave de la carne.
Ana Muela Sopeña
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
6 comentarios:
Bellísimo poema.
Besos.
Gracias, Amapolita, por venir y dejar tu huella entre mis versos.
Un abrazo
Ana
Bien se me da el poema, amiga. De mucho gusto.
Abrazos
Gracias, José, por venir y leerme.
Un fuerte abrazo
Ana
Hermosisimoooo Ana, me ha encantado. Pasan los años y tú vas mejorando cada vez.
Saludos, Nahuel.
Muchas gracias, Nahuel, siempre es alegre tu visita.
Besos
Ana
Publicar un comentario