lunes, 19 de septiembre de 2016

TIEMPO FUGAZ

*
1

Siento el cansancio del final del estío
que me apaga la luz
en la nostalgia apátrida del mundo.

2

Mi sombra se diluye entre tu piel
donde todo se une
a la respiración en el silencio.

3

Deambulo por aceras
con los sonidos híbridos ajenos
que me llevan por plazas y por parques
mientras la lluvia cae en el mutismo.

4

Un avión a lo lejos me recuerda
este tiempo fugaz y traicionero
del final del verano.

5

No olvido nuestros sueños compartidos
que van tomando cuerpo en los relojes
más allá de los límites del vértigo.

6

Las horas del otoño se avecinan
con el frío que cala hasta los huesos
y la melancolía de la urbe
disolviendo su miedo en las entrañas.

7

Un árbol jeroglífico de vida
atrapa la verdad
en el semisueño de la esencia.

8

El silencio perdido en las montañas
habla desde la roca sin las máscaras
y acompaña este viaje
de pasión creadora.

9

Sopla el viento del norte entre las calles
de esta ciudad que duerme en laberintos
de rosas sumergidas en imágenes
suspendidas en puntos del espacio.

10

La belleza es un pájaro que vuela
errabundo por círculos de bruma
y nos trae a la mente la conciencia
del latido de todo...

11

La neblina revela
el misterio robado
a los seres que sueñan en suburbios
con la luz primigenia.

12

Septiembre es un mes melancólico
que no olvida el color de la existencia
y se presenta siempre en el sigilo
con alma de hojarasca.

13

Oigo un zumbido de cables telefónicos
que conectan los yoes
a pesar del asfalto y aislamiento
donde nadie conoce al que está al lado.

14

Internet nos permite
la comunicación con quien no vemos,
así olvidamos pronto en el delirio
la soledad real
que lacerante apaga nuestra llama
en el pulso y la herida
del temblor cotidiano.

15

El animal de sombra nos corroe,
nos susurra despacio sus secretos
y protege en la noche nuestro pánico.

16

La vida inexpugnable nos acecha
con sus lujos y placeres
mientras
nuestras
heridas
avanzan
en la niebla
y silenciosamente nos dirigen
hacia la indefensión.

17

Veo en tu rostro siempre el primer hombre.

18

La desnudez del frío me condena
a escribir sin descanso
en el cuaderno de la sombra.

19

A veces no detecto la mentira,
pero nada es perpetuo y al final
todo se manifiesta como es...

20

Una palabra puede destruir,
pero también construye resiliencia
en el milagro abierto de la vida.

21

Los espejos alumbran
los precipicios híbridos del agua.

22

Un poema es un mundo
donde todos queremos habitar.

23

Tus pasos somnolientos
acompañan mi espíritu indomable
hacia una luna insomne.

24

La ciudad ha perdido su utopía,
pero yo la restauro cada tarde
al contemplar los rayos del crepúsculo.

25

Un pétalo de rosa es la visión
del alfabeto oculto de las flores.

26

En mitad de la herida
alucino con cambios
por el espacio atómico.

27

Un lobo negro aúlla en la distancia,
en la noche sagrada.
Los miedos ancestrales nos acechan.
Bosque de sombras.

28

Paseo por satélites de luz
mientras miro la estrella en mi universo
parpadear en mundos paralelos.

29

Pronto vendrá la nieve y sus sollozos
y el ángel creador nos hará suyos.

30

En el muelle contemplo la quietud
con los barcos silentes
que descansan sin tiempo...

31

A veces no te entiendo,
pero luego la historia nos obsequia
con vórtices de abrazos...

32

Un mirlo canta siempre en los jardines
y acompaña mis días solitarios.

33

Una mujer de niebla me sorprende
cuando a la noche avanzo sin un rumbo.

34

Un hombre entre la bruma me susurra
los secretos de un reino abandonado.

35

La soledad del mundo es un motor
que alimenta mi espíritu...

36

Alfabetos de luz
me auxilian sin pedirme nada a cambio.

37

Camino sin reproches
en el aura nocturna de las nubes
que buscan el temblor
en bandadas de pájaros ocultos.

38

El tiempo se hace nítido
mientras sentimos flashes
de una infancia perdida en las barracas:
con algodón de azúcar, caballitos
y sonrisas abiertas hacia el sol...


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

José Valle Valdés dijo...

Se me dan muy bien, amiga. De muy buen gusto.

Abrazos

Ana Muela Sopeña dijo...

Muchas gracias, José, por venir:

Un beso grande
Ana