sábado, 22 de octubre de 2016

DAGAS

*
Precipicio de dagas
sobre mi piel azul.
No
puedo
r
e
s
p
i
r
a
r.
No sé lo que el destino
me depara.
La sombra se detiene
sobre mi cuerpo lleno de preguntas.
Las palabras me llevan por círculos de sangre,
pero ya nada importa.
De repente percibo lo real como si fuera un monstruo
y presagio el temor anclado en la memoria,
en la grieta que ampara la utopía.
Acantilado lleno de caimanes,
obsidiana en el grito de un animal abierto a los enigmas.
Las frases lapidarias me dañan el espíritu,
me dejan quietamente caminando
como
f
u
n
a
m
b
u
l
i
s
t
a
sin
su
red,
en un campo minado peligroso,
en el tiempo sin tiempo del vacío.


Ana Muela Sopeña

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