LOS NUEVE COROS ANGÉLICOS PROTECTORES DE LA PALABRA

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"El ángel del juicio, encadenó, al final,
al dragón y lo lanzó al abismo"
Apocalipsis de San Juan 20, 1-3


Arden verbos de amor
en la infinita llama primigenia.
Los Serafines cantan
las sílabas eonarias
y custodian la fe de los humanos
con su eterna belleza.

Los pronombres reposan
en el cielo,
protegidos por níveos Querubines,
ansiosos
de adentrarse en los misterios.
Su luz contemplativa nos permite soñar
con la revelación de los secretos
en códigos ocultos.

Los Tronos colman siempre de hermosura
la vibración de las estrellas.
Con ellos los adverbios
dignifican las funciones secundarias.
Gozan imperturbables
de una paz sosegada antigua y dulce.

Las conjunciones vuelan
con las Dominaciones
que dictan generosas las leyes milenarias.
Oran atemporales
entonando sonidos de satélites
y viven más allá del espacio y el tiempo.

Las Virtudes gobiernan en sus reinos
y comunican siempre
el respeto a través de los mayores.
En sus moradas guardan
las preposiciones sin heridas.
Purifican discursos y huyen de los engaños.

Las Potestades nos defienden
de los ataques del maligno.
Controlan,
con las interjecciones,
la tiranía cruel de los demonios.
No permiten al maléfico
lanzarse hacia nosotros.

Los Principados saben del poder
en el Orden Divino.
Nos proporcionan los artículos
para luchar contra los vicios.

En las alas de fuego
de los Arcángeles sagrados
habitan adjetivos siderales.
Acuden por la noche
para custodiarnos
frente al peligro siempre acechante.

Los nombres,
que definen el mundo,
moran en la conciencia de los Ángeles
que defienden nuestra alma
de la desolación y del desastre.
Nos revelan enigmas
en la Misericordia de los justos.


Ana Muela Sopeña

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Los Serafines custodian los verbos.
Los Querubines custodian los pronombres.
Los Tronos custodian los adverbios.
Las Dominaciones custodian las conjunciones.
Las Virtudes custodian las preposiciones.
Las Potestades custodian las interjecciones.
Los Principados custodian los artículos.
Los Arcángeles custodian los adjetivos.
Los Ángeles custodian los nombres.