miércoles, 30 de noviembre de 2016


DANZA CÓSMICA

*
El nombre
de los universos conocidos
no puede contener la realidad.
La nada
es inimaginable,
no puede abarcar la antimateria.
Los opuestos se atraen y se rechazan
en una danza cósmica
sin tiempo.
La palabras definen
lo que en verdad no puede definirse.
Sólo como una excusa
se aprende a cuestionar
el adoctrinamiento colectivo.

La belleza del agua
es un milagro.

Todo lo que vivimos
lo olvidamos...


Ana Muela Sopeña

CASIOPEA

*
Camino por el bosque
una noche sin niebla y sin smog.
Contemplo a Casiopea.

Majestuosa se alza sin disfraces
en un cielo sin nubes.

Schedar nos acompaña
en las luchas diarias, cotidianas.
Cuando se caen los sueños
pero debemos pronto levantarnos
y seguir intentándolo
más allá de nostalgias y tristezas.

Caph siempre nos ayuda
en el sendero.
Nos recuerda que todo es un teatro
y nosotros actores.
Ora somos los reyes de la obra,
mañana los villanos
o exiliados sin tierra ni papeles.

Tsih
es estrella variable eruptiva.
Brilla intensamente.
en ese firmamento del enigma
donde existimos sólo como sombras:
hologramas de luz y de cenizas.
Con ella desplegamos el talento
de ser interiormente
artífices maestros
de la misión de antes de nacer.

Ruchbah
es una luz que guía nuestros pasos
por lugares no densos
donde no existen lágrimas ni gritos,
donde el llanto por todo lo perdido
se transforma en un pulso
más allá de los límites del vértigo.

Segin
nos orienta en las épocas oscuras,
esas entre tinieblas que parece que nunca
se van a terminar.

Achird
es como un talismán
de buena suerte.
Nos abre las compuertas
hacia oportunidades creativas.

Marfak
nos enseña en la noche que la herida
siempre se cicatriza con el tiempo.
Nos muestra la belleza
en el esplendor de los océanos.

Casiopea es portal dimensional
hacia otros universos paralelos.
Esta constelación alumbra pasadizos
hacia la eternidad
de la conciencia creadora.


Ana Muela Sopeña

lunes, 28 de noviembre de 2016


ZAHERIDOS

*
I

El sueño de la luz es la crisálida
para el daño del alma.

II

Las heridas de sombra
cabalgan por caminos en la noche.

III

Todos somos humanos zaheridos.
Hay como una cadena de desastres
que hay que cortar muy rápido
para que no se extienda la pandemia
de herir porque te hirieron.

IV

A veces en lo oscuro
miro un banco de niebla silenciosa
y percibo el misterio de la Tierra.

V

Paseo por el muelle
y diviso la bruma en el pretil
abandonado siempre
a un azar adherido a las estrellas.

VI

Un pájaro errabundo
me visita cansado en el zaguán.
Yo le acaricio suave
y él me mira asustado.
Le digo que se vaya
en libertad.

VII

Las palabras susurran sus enigmas
en tardes de tormenta con relámpagos.

VIII

La belleza del agua me seduce
con sus fractales geométricos.

IX

En mitad de la herida más profunda
tu voz más protectora
resuena en mi interior, atemporal.


Ana Muela Sopeña

EN LA MEMORIA LÚDICA

*
.....Amo tu sombra reflejada en el espejo y tu luz suave sumergida en el Aleph. Aunque nadie nos vea nunca juntos evoco la energía de lo nuestro reivindicando la belleza. Y esa intimidad fértil de arena, cosechando semillas de palabras, colores en la niebla y una llovizna tenue de miradas. Amo tus ojos entregados a la búsqueda que se cierran al mundo de la herida. Disfruto del recuerdo de lo nuestro, a pesar de las trabas, de los laberintos de caimanes esperando el instante de la raíz del agua. Amo tus párpados de acero y de azabache. Somos aliados en la memoria lúdica del viento. Percibo en los portales la soledad amada que viene con disfraz para quedarse y extremar la prudencia antes de que los cuerpos se desborden.


Ana Muela Sopeña

domingo, 27 de noviembre de 2016


PLEGARIA CUÁNTICA

*
Madre terrestre,
que las briznas de hierba
me lleven por los mundos
de la lluvia.

Madre estelar,
que las constelaciones áureas
me transporten a la quinta dimensión.

Madre galáctica,
que todo lo que flota
en la Vía Láctea
nos permita sentir
el espíritu libre.

Madre universal,
que lo cuántico sea
la clave del programa.


Ana Muela Sopeña

NO COMPRENDO

*
No comprendo la sombra
de tus palabras duras y perversas.
Tus reproches de todo.
Parece que me ves como un demonio.

Hay un ángel oscuro
que deambula por calles
de suburbios
y respira el ambiente
en su piel de licántropo.

No comprendo el final
que has elegido.

Quiero soñar que todo
es un teatro,
pero la realidad
me invade y mata.


Ana Muela Sopeña

sábado, 26 de noviembre de 2016


CENIZAS DE INFANCIA

*
Te imagino vagando por aceras
en medio de los árboles sumisos
con la llovizna fría entre tus manos
y el hielo de tu ser atravesando el mundo.

Esperas en semáforos de niebla
para vengar historias del pasado,
a la vez que la bestia
se detiene en tu patio.

Edificios atados a la bruma
te permiten mirar entre las nubes
la insoportable imagen de la sombra
en cenizas de infancia.

El tiempo del reloj
se ha convertido en tiempo surreal
y ahora es solamente una utopía
que pugna por llevarte en el delirio
por aceras sin nombre.


Ana Muela Sopeña

PÁJARO NEGRO

*
Alzo mis ojos lúcidos
sobre el pájaro negro
que me alerta de un mundo
vestido de aguacero.
Deambulo por caminos
donde algunos vencejos
me avisan de la lluvia
y de voces sin eco.
A veces miro al sol
en mañanas de brezo
y observo nubes blancas
en la luz de los sueños.
En tardes de crepúsculos
libre de cualquier miedo,
avanzo por lugares
donde todo es sendero.
En la noche la luna
me ofrece su desvelo,
para brindar sin pánico
por la vida sin peso.
Abrazo la belleza
y respiro sin velos
para sentirme una
con todo el universo.


Ana Muela Sopeña

LUCES DE NAVIDAD

*
He visto algunas luces
que aunque están apagadas
presagian dulcemente las fechas navideñas.

Estas fiestas me llevan
por la nostalgia suave de un exilio soñado
en la melancolía solitaria.

La llovizna me acerca
a los transeúntes despistados.

El frío envuelve siempre la Gran Vía
con su manto de niebla y de murmullos.

Hoy la gente avanzaba por aceras
con la prisa escondida.
Entraban y salían de las tiendas,
como si fuera algo necesario.
El consumo hasta el límite,
hasta gastar los últimos ahorros.

Pronto se encenderán las luces de los árboles,
las hileras azules
de la enorme fachada
del gigantesco Corte Inglés.

Entonces ya el disfraz de estas fiestas
se iniciará oficialmente.

Se notan los contrastes por las calles.

Mujeres con sus bolsas,
adquiriendo perfumes, los zapatos,
los abrigos y ropa deportiva,
juguetes y muñecas
para regalar en nochebuena.

Al mismo tiempo músicos,
tocando melodías imposibles,
en las esquinas envidiadas.

Una mujer en paro
ataviada con ropas de gran dama,
inmóvil como estatua...
pidiendo unas monedas generosas

y mendigos de todos los países
con manos extendidas
para conseguir una limosna.

Algunos están solos,
otros pertenecen a las mafias
de la mendicidad organizada.

El trasiego en las calles es enorme.

Poco a poco las fiestas navideñas
tomarán la ciudad,
invadiendo el instinto del espíritu
con la mitología más pagana.

Gastar, comprar, comer y reunirse.
Todo indica que son las Saturnales
las fiestas que inundan estas fechas
por los lugares más visibles.

Regreso a mi casa
pensando en los contrastes tan extremos
que algunos
en su somnolienta alienación
ni siquiera consiguen detectar...


Ana Muela Sopeña

viernes, 25 de noviembre de 2016


MALTRATO Y LIBERACIÓN

*
A veces ella cree
que él decidirá cambiar y ser
aquel que conoció hace ya años.

Bastante le costó llegar a él
como para extraviarlo.
Decide aguantar,
aunque todo parezca ya un infierno.

Con un poco de suerte
quizás él reconozca sus errores.

De todos modos otros
también son insolentes.

Entonces un buen día
ella se hace la sueca.
Pretende que no importa
y que no pasa nada.

Fantasea con nubes de papel.
Supone que las cosas
llegarán a ser bellas otra vez.

Guarda en sobre de amianto
las pruebas de que todo es ya una farsa.

Hay momentos que piensa
romper con la atadura.

Irradia sufrimiento,
pero cree que la vida es sólo eso.
Resistir porque otras ya lo han hecho.

Juega en su pensamiento
a empezar otra vez, como si nada.

Kilómetros de instantes
la separan del mundo
y de la libertad de la conciencia.

Le paralizan muchos de sus miedos.

Llueven sobre su hogar lágrimas negras.

Mañana será el día
de la separación o del divorcio.
Mas hoy hay que intentarlo otra vez.

No cree que a ella le ocurran estas cosas.
Las otras viven rotos diccionarios
de hogares sin cimientos,
mas ella vencerá a la adversidad.

O quizás sea todo un mal sueño.

Porque todo se desvanece cada noche...

Quizás todo se arregle
cuando cambien de casa
o cuando ella consiga otro trabajo
o cuando a él lo trasladen...

Realiza cada noche el inventario.
Los pros y los contras.
Detalles para quedarse para siempre.
Argumentos también para dejarlo.

Si pudiera sentir la libertad...
Pero su apego es fuerte, ella lo sabe.

Traumatizada sigue...
y no, no es feliz,
pero el mundo le causa sólo pánico.

Una mujer casada,
infeliz porque nada es como antes.

Va a parecer que todo se derrumba
y construye los muros de la farsa.
Así, con autoengaños
estafa a la familia y los parientes,
también a los vecinos, los amigos,
menos a ella misma...

X es cromosoma diplomático.
Ella sabe que ahora
todo va a ser distinto, por supuesto.

Y prosigue en la barca del averno
hacia ninguna parte, sólo hay barro...

Zaherida prosigue en esa balsa
de un matrimonio errado de por vida.
Prosigue hacia la nada, ella lo sabe.

Zarandeada sueña
en terminar con todo
y comenzar de nuevo desde cero.

Y sabe que ya nada
podrá ser como antes.

X es cromosoma constructivo
que busca vida armónica y belleza.

Viene siendo corriente que ella crea
que las cosas no tienen solución,
pero ahora conoce que la tienen.
Todo empieza llamando
a alguien que la ayude.

Una mujer casada
que puede decidir dejar de estarlo.

Tatuajes de su alma
pueden borrarse siempre con esfuerzo.
Ya nada es permanente, todo es cambio.
El universo muta
desde la herida inversa de la piel
hasta la creación abierta y lúdica.

Sí, aunque no lo parezca
es posible saltar
en un paracaídas
hacia una vida plena.

Racionaliza entonces
y piensa que romper es lo mejor.

Quizás es el momento
¿por qué no?

Porque han pasado los años
y a pesar del esfuerzo
no ha cambiado nada.

O la vida se agarra
y se lleva a la luz
o un cáncer clandestino vencerá...

Nadie debe saber de sus angustias,
dejará a su marido en el silencio.

Mañana será tarde, ahora o nunca.

Llanto de la mañana
que ayuda a ser más fuerte
y a dejar situaciones ya caducas.

La luna siempre cambia.
Ella será una diosa
y mutará tranquila
liberando por fin su gran verdad.

Kárate aprenderá,
pero no en un gimnasio.
En su mente que busca el desafío
para encontrar valor
y romper ataduras...

Justifica en sus manos el naufragio,
pero quizás exista otro futuro.

Impaciente organiza
la huida hacia otro espacio.

Hay en su corazón
un poco de esperanza guarecida.

Guarda los alfabetos de la sombra
para que impulsen siempre en sus guaridas
el salto necesario.

Flaquea,
pero la decisión está tomada.
Ya sólo falta dar el paso...

En todos estos años
su matrimonio ha sido
un teatro de tiempos y de imágenes.

Daría lo que fuera
porque todo se hiciese sin gran daño.

Con su arsenal de olvidos
triunfará y abrirá todas las puertas.

Besa su imagen nítida
en los espejos ebrios de la casa.

Ahora es el momento.
Romperá sus cadenas
e iniciará otra vida
renaciendo...


Ana Muela Sopeña
Páginas 75,76,77 y 78 del libro "Mujeres que no callan"
Ediciones hturKesa
Editora: Ruth Pérez Aguirre
Lugar y fecha de edición: Tabasco, México, 2016.


Libro en el que hemos participado 63 mujeres con poemas y relatos
de diez países y quince estados de México.
El poema lo escribí el 25 de noviembre del año 2011

lunes, 21 de noviembre de 2016


INTRAHISTORIA

*
I

El viento de la noche
me adentra en los misterios más ocultos
por precipicios híbridos de luna.

II

Las calles solitarias
parecen escenarios de la niebla,
donde todo se abisma
por la pendiente negra de la nada.

III

Sigue la imperturbable lluvia fría
inundando las horas y los árboles
con sus gotas de sombra.

IV

La herida no perdona
y un ángel sumergido en el abismo
se ríe ciegamente
de mi indefensión
en los alambres de la luz.

V

Los relojes avisan a lo lejos
de un tiempo enamorado de las nubes.

VI

Hay espejos de sal tras los portales
donde todos los hombres
dejan, cuando los cruzan,
todas sus frustraciones silenciosas.

VII

La ciudad me cobija
con sus siluetas teatrales.

VIII

Los sonidos se van desintegrando
en esta madrugada
que esconde con su bruma la nostalgia.

IX

Las ventanas cerradas de mi casa
me permiten sentirme protegida
del vórtice del mundo.

X

De pronto nuestra historia
parece surreal,
como escrita en las páginas
de una extraña intrahistoria...


Ana Muela Sopeña

SUEÑO CON TORMENTAS

*
Sueño con tormentas
que todo lo transformen:
mi caos, mi soledad,
el imposible nudo deseado...


Ana Muela Sopeña

viernes, 18 de noviembre de 2016


EN NEBULOSAS BLANCAS

*
Tu ser en el umbral
de la galaxia ávida de mundos
con besos escondidos
en cuásares amados
y los labios que buscan la belleza
en asteroides de misterio,
sobre la piel de un astro iluminado
con Andrómeda hambrienta de caricias.

Mis párpados del cosmos
en nebulosas blancas
y tus pupilas suaves del espacio.


Ana Muela Sopeña

EN LA SOMBRA DESNUDA

*
Un animal me sigue
en la sombra desnuda de la noche.
La soledad se pierde
en las cumbres nevadas.
Oculta entre la niebla de los parques
una niña camina por aceras
con la nostalgia apátrida de un mundo
tatuado entre la piel de las edades.
Oigo la lluvia fría
que abandona los cuerpos
anclados en la herida del olvido.


Ana Muela Sopeña

SOY LILITH

*
Vengo desde la sombra del espejo
para vengar el hálito del agua
que ha convertido en sal mis experiencias
y a mi cuerpo en estatua de madera.

Atrapo de lo oscuro sólo el beso,
la memoria de un tiempo iluminado,
el devenir de un mundo sumergido
en lugares secretos.

Quiero llegar al centro de tu espíritu,
ese que permanece sin domar
que desnudo columpia su tristeza
en la melancolía de tu historia.

Soy la diosa del fuego y de la arena
mi nombre se remonta a otros períodos,
antes del Neolítico,
cuando los clanes iban a cazar.

Soy Lilith aprendiendo a ser amable,
en mitad de tormentas con relámpagos,
fuera de convenciones y censuras.

Vengo de un precipicio de delirios,
donde todo se oculta entre la niebla
más allá del amor y de la muerte.


Ana Muela Sopeña

jueves, 17 de noviembre de 2016


LICANTROPÍA EN LA CIUDAD

*
En la ciudad los lobos
aúllan por las calles y en los bares
con su pelaje oscuro
enmascarado en ropa muy normal.

Licantropía en horas de la noche,
pero también de día, a plena luz.

Los relojes avisan
de la transformación del hombre en bestia,
pero están silenciados por la música
que suena en los confines de los márgenes.

Todo habla de los cambios espontáneos
como una mutación del gen humano.
Es una hibridación
con genes de una especie más arcaica.

En la ciudad los lobos
van buscando a sus víctimas despacio
para despedazarlas aún vivas...


Ana Muela Sopeña

martes, 15 de noviembre de 2016


INVOCACIÓN NOCTURNA A LAS MUSAS

*
Calíope,
dame los nombres suaves de la luna,
ardientes como lava de un volcán
derretida en las noches de nostalgia.

Clío,
derrama tu luz blanca en los pronombres
para que al descubrirme yo cabalgue
por versos sumergidos en almizcle.

Erato,
eleva de la sombra
los verbos trabajados en crisol,
como los alquimistas del medievo.

Euterpe,
entrégame veloz los adjetivos
que definen el mundo de lo bello
en los acantilados de la herida.

Melpómene,
regálame las rosas de Saturno
con las preposiciones de otro tiempo.
Que yo sepa elegir el buen camino.

Polimnia,
baja a buscar a zonas abisales
los adverbios del reino más oculto.

Talía,
persigue con tus ojos
los artículos suaves de los bosques
y enséñame a  pulir los textos híbridos.

Terpsícore,
danza con los leones y los lobos
para que me acompañen al umbral
de las conjunciones sin fisuras.

Urania,
atraviesa la piedra con tu rayo
mientras me das sin pánico
las interjecciones siderales.


Ana Muela Sopeña

SI AMAS

*
Se ven nubes con fondo de relámpagos
irradiando una luz llena de ti.

A veces en la sombra y la tormenta
musitas las palabras de Alnilam,
al tiempo que procuras la belleza
sumergida en las aguas de mi caos.

Nunca parece haber en tu balcón
otra oportunidad para mi miedo.

Hago siempre tareas en Zaniah,
atreviéndome a ser la que lo intenta
con música de cielo y un tictac,
enamorada sólo de tu duende
silenciado en las cuevas de sibilas.

Canto sobre las horas de un vivac
hasta el meridïano de Greenwich
a la vez que traduzco una palabra
navego sobre un mar de celofán.
Tiro flechas por bosques sin confort
amaneciendo en árboles del alba.
Junto a las letras llevo en un carcaj
el amor inundado y permanente
sabiendo del enigma de los astros.

No conoces océanos que van
impresionando al mundo desde mí.

Sucede que me miras con serpientes
oblicuas en la sal del otro espejo.
Bailas alrededor de un baobab
ondeando en las horas del olvido.
Renaces con las ramas del ayer
nadando por un río, sin vaivén,
o bebiendo del vino de lo amargo
sin amar desde el alma mis reflejos.


Ana Muela Sopeña

lunes, 14 de noviembre de 2016


EL SILENCIO

*
El silencio se nutre de belleza
en noches de penumbra.


Ana Muela Sopeña

REMEDIO PARA EL DESAMOR

*
Unas gotas de Aulaga
con las olas del mar en el crepúsculo,
más Genciana disuelta
en agua de diamante.
Castaño dulce suave
envuelto en las estrellas de Eridanus.
Achicoria con gotas de Amatista.
Espino blanco destilado en alambiques.
Alerce con la luz de los espejos
y Estrella de Belén,
sellando
con dos gotas de Lotus
la fórmula maestra.

El remedio hay que tomarlo cada hora
y andar siete kilómetros al día,
al tiempo que se escriben en la arena
las palabras de olvido...


Ana Muela Sopeña

domingo, 13 de noviembre de 2016


CONTENEDORES DE LA SOMBRA

*
El habitante vaga por la urbe
se mezcla entre la gente solitaria,
deja su impronta fría en los semáforos,
en los bancos, estatuas y letreros.

Camina sin reloj hacia horizontes
que carecen de luz y de utopías.
Simplemente deambula y se hace tierra,
con el cielo, el asfalto y la mirada.

El habitante bebe la ciudad,
se emborracha en los bares y tabernas.
La ebriedad de su vida
compensa la censura de los otros.

Se bebe la tristeza y la nostalgia,
los fracasos, la angustia y los insomnios.
Todo cabe en botellas de ginebra
y en los clubes nocturnos donde busca
alguna chica dulce que le escuche
y luego le acompañe a un cuarto oscuro
para olvidar un rato su vacío.

El habitante bebe sin parar,
tiene dipsomanía, bebe y bebe...

La muchedumbre mira un cuerpo gélido
caído en el andén de la estación.

El habitante abraza a un ángel blanco
antes de que otro ángel negro y cínico
le ofrezca una botella de aguardiente.

El habitante sórdido, sin nombre,
rechaza con firmeza
la tentación del mundo tenebroso
y deja sus andanzas
en los contenedores de la sombra.

La gente se sorprende,
ve
cómo
se
levanta.
Busca algo de dinero en sus bolsillos.
Baja las escaleras de metal,
sale de la estación...

Pide un taxi y se marcha
renovado en su fuego de la infancia,
como alcohólico anónimo...


Ana Muela Sopeña

FLASHES

*
Entre
la
niebla
los
recuerdos
de
ti
son
como
flashes.


Ana Muela Sopeña

LLUVIA

*
La lluvia va lavando la ciudad
en medio del otoño silencioso,
mientras miro el ocaso y su reflejo
con nubes de crepúsculo.

Todo se va anegando en el mutismo,
los coches a lo lejos y un temblor
de belleza vacía
que flota por el aire lentamente
y ralentiza el tiempo del adiós.

La soledad se esconde en los portales,
en taxis, en ventanas y en cafés.
La gente se apresura,
camina sin saber adónde va.

La música callada se hace nítida
y en la distancia suena un carillón
que atempera el sonido de la nada.

Y la lluvia disuelve lo que toca
y poco a poco el barro se desliza
por una realidad algo enigmática.

Mis recuerdos se van desintegrando
en precisas imágenes de sueño
que cabalgan sin rumbo por raíles.

Mi memoria no entiende
despedidas abiertas sin cerrar.
Ignoro todavía
si el guion es coherente o es absurdo.
Mi corazón se siente en una jaula
como en una película francesa
o esas de serie b.

Pero el reloj avanza inexorable
por los barrios desiertos de suburbios
y las palabras ebrias nunca dichas.


Ana Muela Sopeña

sábado, 12 de noviembre de 2016


EN BARES OLVIDADOS

*
Recorro la ciudad tan solitaria
que mirábamos juntos,
mientras todo mostraba su lado más amable.

Las lunas de origami de las tiendas,
el papel celofán de los obsequios,
nuestros cafés en bares olvidados,
las castañas asadas del invierno.

Todo era susceptible del asombro
y veíamos dulce de membrillo
en alféizares llenos de geranios.

Deambulo por aceras
donde tú ya no estás
y todo me parece algo sombrío.

Los parques ya no son nuestro refugio
ni los sueños velados nuestro sino,
todo es como un espejo
escindido por frases de cuchillos
que ojalá nunca hubieras pronunciado
y navegan sin rumbo, a la deriva.


Ana Muela Sopeña

EL CEMENTERIO OLVIDADO

*
Todo será algún día de cenizas.
La gente que nos quiere y que nos odia,
familiares cercanos y lejanos,
los amigos del alma y los rivales.
Transeúntes que vagan por aceras
y los desconocidos y su sombra.

El cementerio olvidado nos persigue,
aunque intentemos ver entre la niebla
atisbos de algo sólido.

Todo se abismará bajo la bruma
y nosotros también disolveremos
nuestra imagen más cierta
y nuestro ego
y el púlsar que nos mueve.

Todo será algún día de cenizas.
Por ello hay que correr sin demorarse
y decir quietamente,
con todas las palabras,
a todas las personas que queremos
que nos importan mucho, aquí y ahora.
Sin perder ni un minuto, nunca es tarde...


Ana Muela Sopeña

LA POESÍA

*
A Pere Bessó


La poesía es brújula
de este mundo caótico y absurdo.


Ana Muela Sopeña

TANKAS DE OTOÑO

*
Hojas de otoño
bajo la lluvia fría,
calles de niebla.
Edificios sombríos
con bruma entre los coches.

Niños con gorros,
con guantes y bufandas
bien abrigados.
Vuelven de los colegios
cuando casi es de noche.

El alma en vela
más allá del crepúsculo,
barcos del Abra.
La marea y las rocas,
al fondo el mar abierto.

Veo hojarasca
en el muelle a la tarde,
sutil nostalgia.
Horizonte y calima,
la playa está desierta.

Noviembre avanza
la luna entre las nubes,
cielo de piedra.
La tormenta presagia
relámpagos y truenos.

Árboles solos
ante el clima cambiante,
viento del norte.
Imágenes de ensueño
tomadas con el móvil.

Patinadores
ciclistas por el muelle,
gente con perros.
Fotogramas de vida
la soledad atrapa.


Ana Muela Sopeña

viernes, 11 de noviembre de 2016


EN LA MEMORIA AZUL

*
A Eduardo Apodaca (22-3-1952 / 11-11-2006)


El tiempo ha transcurrido
pero nuestras vivencias
todavía perduran
en la memoria azul de nuestros días.

El tren mágico de la infancia
recorriendo
lugares
sin
heridas,
aquel viaje a Galicia sin retorno,
las carreras ciclistas,
los torneos abiertos de ajedrez,
los amigos que anclaban la ciudad.

Las noches contemplando las estrellas
con Difda y Alpheratz como refugios.

Las caminatas dulces
en veranos disueltos en presagios,
el chirrío de los grillos,
el sonido ancestral de las cigarras,
los vencejos tan ávidos
de paraísos llenos de crepúsculos.

Petirrojos en árboles de otoño
acompañando siempre
nuestras charlas.

Lecturas compartidas...

Un tejido de mundos
que iluminaban siempre
nuestras citas.

Han pasado diez años
desde que tú emigraste
a la otra dimensión de la experiencia,
pero sigo pensando en tu universo
como algo que existe todavía.

Desde una nebulosa
juegas al ajedrez
y mantienes el pulso de lo cuántico
con hilos siderales

y es que desde otra luz antigua y cósmica
velas mi transitar por esta vida.


Ana Muela Sopeña


*****
Eduardo Apodaca nació en Bilbao el 22 de marzo de 1952 y murió el 11 de noviembre de 2006. Compartimos 25 años. Dejó tres poemarios publicados; "Introducción a la tierra", "El errático" y "Sus ojos diminutos".

lunes, 7 de noviembre de 2016


ESCUCHO EL RUMOR SORDO DE LA RÍA

*
La noche se presenta silenciosa
mientras la lluvia cae tras las ventanas.

Todo me habla de ti en la penumbra
y siento el frío de noviembre
que se filtra por grietas y paredes.

No suena mi teléfono
ni susurras mi nombre...

Todo se ha congelado en el mutismo
y aún no entiendo nada.

Las horas van pasando lentamente
bajo nubes nocturnas.

El sonido del viento me acompaña
y un relámpago azul
disuelve mi tristeza en la neblina.

El tiempo se ha hecho diferente,
no parece un aliado que me ayuda
sino un enemigo
astuto y traicionero.

Las gotas me descifran
el ritmo de las calles.

Un camión a distancia
inunda  el ambiente con su ruido de motores.

Cada detalle ínfimo me recuerda tu imagen
en la oscuridad de los secretos
y escucho el rumor sordo de la ría,
mientras los pescadores
expectantes controlan los enigmas ocultos.

Hay un perro que ladra frente al bote.
Extraviado parece
y sigue caminando por la acera
hacia ninguna parte...


Ana Muela Sopeña

domingo, 6 de noviembre de 2016


FILIACIÓN DE ETERNIDAD

*
A mi padre que hoy hubiera cumplido años (6-11-1922 / 27-7-2010)

¿En qué púlsar resides
o desde qué nebulosa me observas?

Me pregunto cómo es
ese mundo paralelo
y no puedo concebir
con la mente analítica
el tiempo sideral.

Pero
todo
es
lo
mismo.

Lo importante es saber que en el misterio
habitas desde eones
y yo conecto con el cuántum
por esta filiación de eternidad.


Ana Muela Sopeña

sábado, 5 de noviembre de 2016


AJEDREZ NOCTURNO

*
El Rey negro se enroca
para sacar las torres fácilmente.

La Dama blanca espera su momento
mientras saca su alfil, su gran un aliado.

Los caballos combaten por el centro.

Un peón blanco acepta ser comido
para interceptar un Jaque Mate.

El tiempo va pasando
y los finales
permiten a las piezas
volver a la estrategia de la noche.


Ana Muela Sopeña

UN PEQUEÑO PETIRROJO

*
En la ciudad habitada
un pequeño petirrojo
sobre una rama con soplo
de nostalgia y de palabras.
En el parque hay un mandala
recordando la belleza
que se disuelve en la pena
de una canción infinita,
sanadora de la herida
y portadora de estrellas.


Ana Muela Sopeña

LA ESTACIÓN DE ABANDO

*
La soledad planea
por la estación de Abando.

Ya no te veo allí, bajo el reloj.
Contemplo el puesto de los libros
y la vidriera colosal.

Los transeúntes con sus prisas
-y sus rostros anónimos, borrosos-
pasan junto al local de la serigrafía.

El vacío ha calado en el espacio.
Todo se desmorona con el agua.

Tormentas de granizo con viento de la tarde.

Ya no te veo allí...

Y mi alma
habita en una cueva
donde sólo hay palabras entre bruma.


Ana Muela Sopeña

POR LOS SUBURBIOS

*
El tiempo se ha dormido en los tejados
y contemplo terrazas, chimeneas
desde el pórtico alado del desdén.

Soy ala de un espíritu invisible
y tú el ángel negro de la noche.

Camino lentamente
por los suburbios llenos de nostalgia.

Veo sombras desnudas en la niebla
y un lugar escondido
con tus palabras suaves nunca dichas
y las mías extraviadas en el agua.


Ana Muela Sopeña

viernes, 4 de noviembre de 2016


POR LA SENDA DE LA ROSA

*
La soledad es siempre tan vacía
que corremos deprisa contra ella
y encontramos de nuevo la belleza
en la ciudad tocada por la herida.

Deambulamos desnudos por la vía
hacia el núcleo despierto de una estrella
y así plasmamos sangre en el poema
y escribimos con pétalos, sin ira.

A veces no podemos respirar
pero sentimos luz entre las sombras
y pronto restauramos nuestro rumbo.

Que el fuego de las aguas y la sal
nos lleve por la senda de la rosa
y así nos liberemos de lo oscuro.


Ana Muela Sopeña

MUJER DE SOL

*
A Concha González Nieto, muchas felicidades...


Mujer de niebla
deambulando por el muelle de los sueños
en mitad de la sombra de la herida.

Mujer de lluvia
sumergida en fractales de agua
a través del sonido del océano.

Mujer de estrellas
que impulsa una luz en el crepúsculo
insertada en las ondas más arcaicas.

Mujer de luna
con música del tiempo sideral
realizando la alquimia de los sabios.

Mujer de sol
sobre un lienzo desnudo de Sorolla
en el fulgor del mar y la calima...


Ana Muela Sopeña

APÁTRIDA

*
Sueñan
las
calles
con
la
ausencia
de
ti.
Tristeza
apátrida.


Ana Muela Sopeña

BARAJA FRANCESA

*
Rey de corazones:
amor en el azar sin caos ni trampas.


Dos de diamantes:
compartimos el viento en noches cálidas.


Jóker:
Parece que yo soy un comodín.


Reina de corazones:
se imbrican nuestros ojos en raíles.


Cuatro de tréboles:
un soborno olvidado en calles frías.


Diez de picas:
pensamientos de miedo en precipicios.


Rey de picas:
chantaje solapado sin un límite.


As de tréboles:
la suerte es transparencia sin las máscaras...


Barajamos las cartas
en el vértigo alado del otoño.




Ana Muela Sopeña

NOVIEMBRE

*
Las hojas secas
sobre calles con bruma.
Llovizna suave.

Frío en el aire,
la gente con abrigos.
Calor en casa.

En el crepúsculo
belleza de la luz.
Melancolía.

Colores ocres,
los árboles sin sombra.
Desolación.

Lluvia en los charcos,
los niños con sus juegos.
Infancia eterna.

Respiración,
lejanía de sueño.
Recuerdos vanos.


Ana Muela Sopeña

jueves, 3 de noviembre de 2016


MUSITABAS LOS VERSOS

*
A Manuel Martínez Barcia (3-11-1952 / 13-8-2015)
con mi amistad y admiración


Amabas desde el sueño la palabra.

Musitabas los versos en tu álbum
al tiempo que sentías la tormenta.
Navegabas en mares de satén
un día y otro día con tisú.
Elaborabas mitos en tu nube
lacerante en las noches de cristal.

Mecías los poemas en Mirzam
a la vez que adorabas a la diosa
revelando el secreto de tu ser.
Tapizabas con miel tu zigurat
irradiando utopías desde ti.
Necesitabas lunas en vaivén
en las sombras queridas de tu duende.
Zozobraste despacio frente a un cáliz.

Bebías la belleza de Kochab
atemperando el alma de la herida.
Resurgiste como ave de otro mar
cansado de la vida y su tictac.
Imantabas canciones colibrí
arrastrando fisuras de tu infancia.

Cantabas melodías en vivac
o silbabas la música en tu halo.
Nunca fuiste satélite en tu tren.

Memorias, fotogramas en tu film
irisadas con dulce de maní.

A veces la belleza te delata
mientras todo se agranda con un zoom.
Intentaste captar todo in fraganti
susurrando vocablos de penumbras.
Te agradaban las motos y el confort
antes de que la noche te arrastrara.
Dabas siempre las gracias por la red.

Y la lluvia te ataba a tu noray.

Adentraste leyendas desde el agua
del océano azul de eternidad.
Murmullos en tu bosque como un réquiem
inspiraron tu obra zahorí.
Rezabas con los versos en el sur
alimentando el fuego de la Tierra.
Con sonidos de grillos como un cric
inhalaste la brisa en frenesí
otras veces soñaste con un pozo.
Nadie pudo ofrecerte a Aldebarán.


Ana Muela Sopeña

EN OTRA DIMENSIÓN

*
A Manuel Martínez Barcia,
gran poeta y amigo (3-11-1952 / 13-8-2015)

En tu estrella contemplas este mundo
donde todo discurre con violencia
y te preguntas
si existe la belleza realmente.

En vida cultivaste la palabra,
todo lo convertías en poemas
y residías siempre en la metáfora,
en el hogar del símbolo y el ritmo.

El retorno solar, tres de noviembre,
lo estás viviendo en otra dimensión
donde el espacio tiempo es muy distinto
y los púlsares saben de tu mónada.

Hay una luz oculta en nebulosas
que late con tu espíritu ancestral
y te pide velar por tus aliados.

En tu estrella meditas y aún escribes
con las letras de cuásares,
con vocales de lúdicas galaxias
y consonantes ebrias de asteroides.

Tus palabras se forman en Las Pléyades,
tus versos en Andrómeda
y tus estrofas saben de la luna.

Paseas libremente
por el espacio sideral
y aún recuerdas algo
de esta Tierra que navega en cuarentena
aquejada de olvido,
sumida en semisueño e inconsciencia.


Ana Muela Sopeña

CIUDAD DE PIEDRA

*
Las calles se han quedado
vacías de tu ausencia
y todo lo que veo
de esta ciudad de piedra
me parece tocado por la muerte.

Camino sin un rumbo
entre los edificios
que se alzan enigmáticos
a través de los cirros,
más allá de la sombra de este mundo.

Descubro los rincones
donde tú ya no estás
y pulso mis sentidos
por el cielo abisal,
mientras musito nombres de locura.

Recuerdo tus palabras
antes de poner muros,
eran siempre cordiales,
carentes de algo oculto
y rozaban mi piel evanescente.


Ana Muela Sopeña

LA HERIDA

*
La herida nos conecta con la infancia
y nos permite ser
sensibles al dolor y la esperanza.


Ana Muela Sopeña

martes, 1 de noviembre de 2016


OSA MENOR

*
En las noches contemplo las estrellas
y miro las que brillan
de la Osa Menor.

Polaris como un faro nos indica
los caminos al centro del espíritu.

Kochab es camarada de la ruta,
nos lleva de la mano
por espacios
siderales
con fuego primigenio.

Pherkad nos acompaña con su luz
en el tránsito oscuro hacia el ocaso.

Yildun custodia siempre nuestro empeño
por llegar a las cumbres soleadas.

Alifa al Farkadain es nuestra hermana
en tiempos devastados por la niebla.

Anwar al Farkadain es un lucero
ancestral en la noche eonaria.
Con ella nuestro llanto se silencia,
pues sabe consolarnos sin un límite.
Pone un punto en el sendero
para que no olvidemos nuestra esencia.

Calvera es sanadora de la herida
que vive desde siempre en nuestra alma.

Esta constelación es más que un mito,
es un indicador seguro y sólido.

Los barcos no se pierden por Polaris
y nosotros de nuevo retornamos
a la vía más íntegra posible.

En los tiempos de crisis
la Osa Menor se alza poderosa
como estímulo abierto
a la superación de la nostalgia.


Ana Muela Sopeña

EL GERMEN DE LA VIOLENCIA

*
Antes de la violencia genocida,
de las guerras, atentados y conflictos
existe un camino
de gestación que viene desde abajo.

Primero de los padres a los hijos.
El hijo aprende pronto la lección.
Si cumple con las normas es querido.
Si se desvía un poco es denigrado.
Poco a poco descubre los chantajes.
Entonces opta siempre
por cumplir para así obtener el premio,
por incumplir y así ser castigado
o por fingir que cumple
y a veces va alternando las conductas...

Todo lo que acontece en la familia
es reflejo perpetuo
de lo que ocurre luego
a nivel colectivo.

Después en la pareja,
tras el tiempo inicial de la dulzura
vienen atroces juegos de poder
que parecen sutiles...
Sobornos y chantajes,
conductas sin un látigo real
pero sí con un látigo intangible.
Un sadomasoquismo encubierto
y otras más evidente.
Es el tiempo de:
si haces esto terrible no me quieres
si haces aquello otro (lo que se desea) es que me quieres.
Se da adoctrinamiento invisible.

Después vienen los grupos.
En la escuela la ley del popular.
El acoso escolar, el aislamiento.
Plegarse a leyes tácitas de clan.
En el trabajo igual, tira y afloja.
Intereses opuestos...

Las leyes del comercio.
La competencia desleal.
Estatutos que ya nunca se cumplen.

La política juego de animales
(que reflejan los juegos de lo íntimo
aunque no lo parezca).

La bolsa con subidas y bajadas.
Controladas por los grandes magnates.

Después viene la guerra
como culminación de la espiral.
Que se gestó ya antes.
Se gestó en parlamentos y en los bancos.
Se arregló con los códigos bursátiles.
Con el precio del oro, el trigo y la cebada.
Y también fue surgiendo en las empresas,
en aulas de vencidos por los líderes.
En parejas de víctima y verdugo
o complaciente esclavo y dominatrix.
Enredadas en juegos de poder,
a veces con un guion preestablecido.
Otras improvisando...

Y en la infancia con niños:
los premios, los castigos,
la mentira.
Secretos de familia, subterfugios.

Lo psíquico engendra el caos del mundo.
Lo social nutre
el descalabro íntimo.

Retroalimentación desde la cuna.

¿Y entonces...qué hacemos ahora?


Ana Muela Sopeña

ÁLBUM DE LLUVIA

*
Álbum de lluvia,
el sonido del viento.
Se ve un relámpago.


Ana Muela Sopeña