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Todo será algún día de cenizas.
La gente que nos quiere y que nos odia,
familiares cercanos y lejanos,
los amigos del alma y los rivales.
Transeúntes que vagan por aceras
y los desconocidos y su sombra.
El cementerio olvidado nos persigue,
aunque intentemos ver entre la niebla
atisbos de algo sólido.
Todo se abismará bajo la bruma
y nosotros también disolveremos
nuestra imagen más cierta
y nuestro ego
y el púlsar que nos mueve.
Todo será algún día de cenizas.
Por ello hay que correr sin demorarse
y decir quietamente,
con todas las palabras,
a todas las personas que queremos
que nos importan mucho, aquí y ahora.
Sin perder ni un minuto, nunca es tarde...
Ana Muela Sopeña
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4 comentarios:
Poesía reflexiva. Ilustrada inmejorablemente con una fotografía que redondea sus significados. Abrazo grande, Ana.
Todos seremos algún día tierra en la tierra. Nunca comprendemos que el tiempo terrestre es breve y, dejamos cosas por decir y, quedamos con las palabras ahogadas en la boca...
Leer este poema me ha desgarrado. Un abrazo Ana.
Gracias, Carlos, por venir...
Abrazos
Ana
Pues sí, Taty, lo que haya que hacer hay que hacerlo ya porque el tiempo es breve...
Besos
Ana
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