*
La noche se presenta silenciosa
mientras la lluvia cae tras las ventanas.
Todo me habla de ti en la penumbra
y siento el frío de noviembre
que se filtra por grietas y paredes.
No suena mi teléfono
ni susurras mi nombre...
Todo se ha congelado en el mutismo
y aún no entiendo nada.
Las horas van pasando lentamente
bajo nubes nocturnas.
El sonido del viento me acompaña
y un relámpago azul
disuelve mi tristeza en la neblina.
El tiempo se ha hecho diferente,
no parece un aliado que me ayuda
sino un enemigo
astuto y traicionero.
Las gotas me descifran
el ritmo de las calles.
Un camión a distancia
inunda el ambiente con su ruido de motores.
Cada detalle ínfimo me recuerda tu imagen
en la oscuridad de los secretos
y escucho el rumor sordo de la ría,
mientras los pescadores
expectantes controlan los enigmas ocultos.
Hay un perro que ladra frente al bote.
Extraviado parece
y sigue caminando por la acera
hacia ninguna parte...
Ana Muela Sopeña
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6 comentarios:
Ana querida, es siempre un paseo por las bellas letras con tus pinturas y metáforas, pueblas de aromas y sentimientos éste tu bello rincón.
Un fuerte abrazo
Pintura interior de tu mirada, Ana. Magnífico poema. Abrazo...
Querida Ana.
Me ha cautivado tu mensaje de ausencia; es bellísimo. Para mi, uno de tus mejores poemas.
Besos mil
Gracias, Graciela, por venir:
Un beso
Ana
Me alegra, Carlos, que el poema te haya gustado.
Abrazos transoceánicos
Ana
Agradezco mucho tus palabras, Soco.
Un abrazo grande
Ana
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