domingo, 13 de noviembre de 2016

LLUVIA

*
La lluvia va lavando la ciudad
en medio del otoño silencioso,
mientras miro el ocaso y su reflejo
con nubes de crepúsculo.

Todo se va anegando en el mutismo,
los coches a lo lejos y un temblor
de belleza vacía
que flota por el aire lentamente
y ralentiza el tiempo del adiós.

La soledad se esconde en los portales,
en taxis, en ventanas y en cafés.
La gente se apresura,
camina sin saber adónde va.

La música callada se hace nítida
y en la distancia suena un carillón
que atempera el sonido de la nada.

Y la lluvia disuelve lo que toca
y poco a poco el barro se desliza
por una realidad algo enigmática.

Mis recuerdos se van desintegrando
en precisas imágenes de sueño
que cabalgan sin rumbo por raíles.

Mi memoria no entiende
despedidas abiertas sin cerrar.
Ignoro todavía
si el guion es coherente o es absurdo.
Mi corazón se siente en una jaula
como en una película francesa
o esas de serie b.

Pero el reloj avanza inexorable
por los barrios desiertos de suburbios
y las palabras ebrias nunca dichas.


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

carlos perrotti dijo...

Me gustan muhco tus imágenes, por ejemplo

"La soledad se esconde en los portales,
en taxis, en ventanas y en cafés.
La gente se apresura,
camina sin saber adónde va..."

La estoy viendo a la soledad escondiéndose y la gente, cada cual en la suya, sin siquiera advertirla.

Abrazo. Llueve mucho en Buenos Aires, tomo mate y leo tu poesía, qué más se puede pedir...?

Ana Muela Sopeña dijo...

Me alegra que te gusten las imágenes. Es siempre reconfortante tener lectores así.

Abrazos
Aquí también está lloviendo...
Ana