lunes, 31 de octubre de 2016



FRENTE A LAS CASETAS DE LA PLAYA

*
Los bancos
frente a las casetas de la playa
presagian el vacío de la noche.

En medio de la luz de las farolas
todo se va quedando en soledad.

El abandono suave de las piedras,
los pretiles y sombras
que iluminan la escena,
simulan el paisaje de los sueños.

Los árboles reciben en sus ramas
la brisa del enigma
y el secreto del aire
flota sin certeza
en la penumbra de la nada.


Ana Muela Sopeña

RAÍCES HÚMEDAS DE NIEBLA

*
Las nubes de crepúsculo
inundan la terraza con su luz.
El misterio disuelve la oscuridad nocturna.
Los carros en perfecta formación
y las carretillas de metal
protagonizan horas de hechizos y conjuros.
Vencen los sortilegios del amor
sobre los de la muerte
y la vida discurre
encriptada en secretos ancestrales
sobre raíces húmedas de niebla.


Ana Muela Sopeña

BICICLETAS DURMIENTES

*
Las bicicletas duermen
atadas a sus postes
esperando el momento de moverse,
recorrer la ciudad en el mutismo
y dejar de soñar con utopías.

Compañeras del viento y de la lluvia
parecen aburridas en su mundo,
aunque nunca lo están.
Simplemente presiden las aceras
y acompañan las horas
con su espíritu nómada.


Ana Muela Sopeña

MI GUARIDA

*
El bosque del silencio es mi guarida,
allí bebo del magma de la tierra
y restauro mi luz tras el desastre.


Ana Muela Sopeña

PÁJARO DE FUEGO

*
A Eduardo Embry

Un pájaro de fuego te hace sombra
pero tú le acompañas con tu luz
a comprar
el plumaje de los sueños
que habita
en el castillo del relámpago.

Ese pájaro azul es tu mascota,
te sostiene las letras en su pico
y las palabras bruma
en su cabeza.

Como sois dos amigos de la infancia
os tomáis un pastel de chocolate
y una cerveza clara
de Baviera,
para sentir el aire de las grutas
y proteger
la esfera de los cuentos.


Ana Muela Sopeña

ALQUIMIA DE LOS DÍAS

*
Deambulo en el vacío
de la melancolía de la herida,
bajo la luna cruel.

Todo me habla de ti.
Los coches, los letreros,
los parques, los cafés.
Las tiendas con sus luces y sus sombras.
Escaparates dulces, maniquíes.

La ciudad es reflejo de lo nuestro.
Observo quietamente
transeúntes con rostros tan anónimos.
Intento descifrar cómo serán sus vidas.

Perderte es sanguinario, me taladra el cerebro,
las manos, las pupilas, el pecho y la columna.
Me arrastro como espíritu nocturno,
atada a los confines de la noche

y siento las cadenas de la sombra
desde que tú no estás.

Invisible me alzo contra el viento
intentando ser neutra,
pero es imposible.

Desgarrada percibo
la densidad del aire
como un atún pescado
con las redes de arrastre
a punto de morir a la intemperie.

No es sólo tu partida,
lo que me ha abierto entera y en canal,
son tus palabras duras, con aristas,
tus reproches, culebras y caimanes,
tus furias y tu odio tan extraños.

Ahora sólo queda retornar
al vacío enigmático
que habitaba desnuda y sin defensas
antes de conocerte

y allí empezar la alquimia de los días,
los meses y los años, las horas, los minutos y segundos...
Hasta que pueda estar ya preparada
para mirar el sol sin subterfugios,
volando sin heridas por el mundo
con umbrales de estrellas a mis pies...


Ana Muela Sopeña

domingo, 30 de octubre de 2016


LA MODERNA PENÉLOPE

*
La moderna Penélope
teje en el extravío,
reside en el tiempo sin tiempo.

Teje y desteje el mundo
con sus manos de seda.
Ama como vestal
desde el fuego primigenio
de las miradas y sonidos
que resuenan aún
con la gran explosión del universo.

Ella tiene en su casa
relojes de todos los tipos.
Los relojes de sol en la terraza,
los relojes de agua en la bañera,
los relojes de aire en el tejado,
los relojes de fuego en la cocina.

Adora las agujas de los sueños
y maneja las horas, minutos y segundos,
como si fueran mantras o mandalas.

La moderna Penélope
no es de esta época.
Nadie sabe qué estirpe la mantiene,
ni conoce su nombre.
Se desliza en sigilo
como mujer anónima.

Ella tiene alfabetos de la espera
entre las ramas de los árboles.
Domina jeroglíficos antiguos
y le gusta jugar con criptogramas.

La moderna Penélope es muy joven
o a veces es anciana. Y no importa su aspecto.
Avanza contra el viento,
va contra la marea,
en su quietud de roca es muy salvaje.

Simplemente no cuadra con las modas.

Pero todos la buscan,
no sólo en las mujeres con presencia,
sino en las invisibles
y también en los sueños y utopías,
dando la vuelta al mundo y en los libros.
Debajo de las camas,
detrás de los sofás y de los cuadros.

A veces,
es posible encontrarla en los museos,
en bares y cafés.
En discotecas, pubs, cines, teatros.

En realidad no sabes dónde está,
pero en algún lugar, desconocido aún,
habita suavemente,
sin llamar la atención
como si fuera sólo una quimera.


Ana Muela Sopeña

sábado, 29 de octubre de 2016


PIEL DEL OTOÑO

*
Todo
es
extraño
en
la
piel
del
otoño.
Revelación.


Ana Muela Sopeña

MENSAJE SIDERAL

*
La lluvia es un mensaje sideral
ondeando en el muro del silencio.

Sabemos que el abrazo y los susurros
intuyen la canción del colibrí
en medio de la herida de la muerte,
nada de lo que ocurre es por un plan
todo es la consecuencia de un boicot
ofreciendo la sangre al llanto negro.

Te miro sobre torres de confort
en medio de la luz de nuestra suerte.

A veces las tormentas son de arena
mutan sobre la piel, en Alnilam,
o cambian el dolor de un petirrojo.

Perdemos mucho tiempo con un rap
en relámpagos suaves de una nube
resurgiendo con fuerza del azar
de hechizos sumergidos en la sed.
Oramos por los niños del mutismo,
nunca viajamos solos en el tren
al alba de los días de la vida.
Musitamos la música de un álbum
en medio del camino estrecho y leve.

Gracias a la belleza de un zigzag
rezamos con los ángeles del sur
al tiempo que miramos la libélula
con los ojos de un niño y un tictac
irradiando canciones de maní
al espacio ritual de la galaxia
sintiendo del amor todos los besos.


Ana Muela Sopeña

PROTOCOLO PARA LA PAZ

*
1.- Desactivar los artefactos de venganza
que habitan como parásitos
en las conexiones sinápticas de nuestro cerebro:
Cortar hilo rojo.


2.- Activar artefactos de perdón
que habitan en el ADN basura
de nuestro genoma fabuloso
aún desconocido:
Conectar hilo azul.


3.- Y reír de todas las farsas
en las que estamos inmersos
como títeres absurdos
del elenco de la compañía teatral de comediantes nómadas...
Activar la risa
que fortalece los músculos
y tonifica todavía más
que hacer cien abdominales al día...
Conectar hilo del color del humor.


4.- Desactivar los artefactos de miedo
mientras se abraza firmemente
al bello planeta azul.
Cortar hilo no biodegradable
y conectar hilo dorado.




Ana Muela Sopeña

ALEXITIMIA DEL VACÍO

*
El hombre de la calle
contempló sobre un muro
su cuerpo devorado por los buitres.
No pudo ver del todo su cabeza,
sólo el tronco y las piernas.
Los brazos eran sólo dos muñones.
Pero eso estaba mal.
Su cuerpo todavía era completo.
Sin embargo en el muro,
que era como un espejo,
su cuerpo ya no era suyo
sino trozos desmembrados de tristeza
o cenizas de muertes repetidas.

El hombre de la calle se hizo humo.
Encontró entre las sombras un camino
atado a condiciones deplorables.

Quiso gritar que todo era un teatro,
pero su voz volaba en otro sueño.

Ya no sentía nada.
Sólo sus pertenencias eran suyas.
Su cuerpo era tan sólo
alexitimia del vacío
en corredores
de una prisión de niebla.

El hombre de la calle
sumergido en lo negro de la noche
divisó bajo la luz de las farolas
una mirada oscura y traicionera.

Pensó que era un ladrón
que venía a robarle su dinero,
su móvil, sus tarjetas y sus llaves...

Mas cuando fue consciente del
peligro
y sacó su arma blanca
observó que aquel
filo
estaba a punto de cortar
el
fino
hilo
de plata de la vida
desgarrando su vientre...

Entonces despertó
de aquella pesadilla
que habitaba en el sueño
de un soñador oculto...

y respiró sereno
porque su cuerpo aún estaba íntegro
y su cabeza todavía
era la imagen nítida de un hombre.
El hombre de la calle sin el muro...


Ana Muela Sopeña

MUNDOS DE ORIGAMI

*
El rostro de la luz es una herida
que recuerda la sombra
del océano,
el sueño
de los mundos
de origami
y
la
vida
radiante
en
el
a
s
o
m
b
r
o.


Ana Muela Sopeña

viernes, 28 de octubre de 2016


EN LAS NOCHES DE MÁS FRÍO

*
Quiero sentir el beso de los cuásares
al fusionarme con tu cuerpo
ancestral en su esencia.

Y percibir tu ADN primitivo
atado a los fractales de la luz.
En medio de Alpheratz
caricias de planetas,
al tiempo que la luna
me salva del vacío espectral.

Quiero soñar con asteroides
en tus manos de galaxias.

Presagio labios, nebulosas,
en tu piel codificada para el roce.

Soy la mujer de sombra
encarnada en el sueño del abismo.

Soy el rostro de Lilith
venida para ser tu compañera,
al margen de los clones
de mujeres dormidas.

Todo lo que yo quiero
es ser tu hembra
sideral en las noches de más frío.

Protege mi interior de glaciaciones,
para sentir que somos uno solo.

Y yo custodiaré
tus pupilas magnéticas
en medio de relámpagos y hienas.


Ana Muela Sopeña

A VECES

*
A veces todo es tan triste
que el bosque llora a escondidas
y la luna se reinventa
en el corazón del agua.


Ana Muela Sopeña

EL SILENCIO

*
Amo el silencio del mundo
donde mi alma duerme sin las máscaras.


Ana Muela Sopeña

SEÑAS

*
Un pájaro de sueño
me hace señas
bajo el pórtico alado del amor.


Ana Muela Sopeña

jueves, 27 de octubre de 2016


LA CIUDAD HA PERDIDO SU COLOR

*
Las calles han quedado
vacías de tus besos.

Las avenidas buscan una luz
en mitad del trayecto existencial,
más allá de la sombra
de la soledad tan escondida.

Los transeúntes miran a lo lejos
y observan la silueta de las cosas.

La ciudad ha perdido su color.

Me siento como un zombi
que sale de la tumba
y encuentra las cenizas
de lo que un día fue su cuerpo.

Las plazas ya no vibran de igual modo.

La urbe tiene frío, al igual que mi alma
que sufre en el exilio de tu ausencia.

Los edificios sueñan las visiones
ateridas con hielo de icebergs.

Abandonada voy por las aceras
a la búsqueda única del tiempo
de la infancia en los charcos
en un día de lluvia.

Veo gatos que van callejeando.
Se ocultan tras los muros.

Hay uno pequeñito que me mira,
yo le miro también
y en esa sincronía me defino
como maga del mundo,
a pesar del desierto de perderte.


Ana Muela Sopeña

martes, 25 de octubre de 2016


NUEVE ROSTROS DEL ABISMO

*
El rostro del abismo
viene para vengarse de tu sombra.

La soledad avanza
en espacios oscuros insondables.

Nada de lo que vives es real,
sólo el sueño seduce con la muerte.

Alucinas con vidrio
en mitad de la herida.
No sientes en la sangre
la grieta tan profunda
que causas en la piel de los demás.

Deliras con las máscaras
que pugnan por tener identidad.
Expresas con pasión
fría y calculada
la enfermedad que sólo tiene un nombre:
el nombre de un proscrito.

Tu ego busca
el ancho de banda
que anida en vientos gélidos.

El rostro del abismo
viene para vengarse de tu sombra.

La belleza tiene signo de mujer:
una mujer sin nombre y sin edad
que cabalga sin tiempo
por los siglos de los siglos de tu espíritu...


Ana Muela Sopeña

CAFÉ Y TÉ

*
Quiero un café
con el hombre de los hielos de obsidiana.

En laberintos de niebla,
intuyendo el azar,
en un caleidoscopio de arena
de la ciudad de luna.

Mientras,
la huida de las jaulas,
en círculos vacíos
es un reflejo de los sueños postergados.

Es inútil fingir,
quince gotas de ti,
en cuatro cuadernos
sobre la piel del bosque...

Geometría de luna,
piel en el agua...

Mediodías abiertos...
en la lluvia de mis manos.

Beso de púlsares dormidos.

Usurpo de tu luz tan sólo el sueño.

Tu nombre
es el nombre de la sombra sumergida.


Deseo un té
con la mujer del fuego de amatista.

En caminos de aire limpio
percibiendo lo seguro,
en espejos de sol
de la estación de Urano.

Mientras,
el encuentro de lo libre
en espirales llenas
es sólo un trozo de vivencias del pasado.

Es útil simular
quince grutas de tu alma
en cuatro jeroglíficos
sobre árboles urbanos.

Fractales de la luz,
cuerpo en la tierra...

Medianoche cerrada
en el granizo de tus pies...

Abrazo de asteroides
despierto en las estrellas...

Me guardo de tu sombra lo real.

Tu rostro
es el rostro de la luz fuera del agua...


Ana Muela Sopeña

sábado, 22 de octubre de 2016


MANUSCRITOS DE LA ROSA

*
La noche se presenta silenciosa
con el sonido nítido del tiempo
que abierto se revela
como esos manuscritos de la rosa
que se esconden en pliegues de papel.

La mañana es el símbolo
de la emoción desnuda de la vida
que pide únicamente un día más.

La tarde transfigura
el espacio invadido por gaviotas
en una playa suave en el crepúsculo.


Ana Muela Sopeña

EXILIO

*
Exilio negro,
el llanto de la luna.
Lágrimas densas.


Ana Muela Sopeña

DAGAS

*
Precipicio de dagas
sobre mi piel azul.
No
puedo
r
e
s
p
i
r
a
r.
No sé lo que el destino
me depara.
La sombra se detiene
sobre mi cuerpo lleno de preguntas.
Las palabras me llevan por círculos de sangre,
pero ya nada importa.
De repente percibo lo real como si fuera un monstruo
y presagio el temor anclado en la memoria,
en la grieta que ampara la utopía.
Acantilado lleno de caimanes,
obsidiana en el grito de un animal abierto a los enigmas.
Las frases lapidarias me dañan el espíritu,
me dejan quietamente caminando
como
f
u
n
a
m
b
u
l
i
s
t
a
sin
su
red,
en un campo minado peligroso,
en el tiempo sin tiempo del vacío.


Ana Muela Sopeña

ROMANCE DE LA LUNA

*
La luna en su nube blanca
siente el bosque sin el miedo,
recuerda fuertes tormentas
y presagia el dulce eco.
Por las noches se retira
para percibir el cielo
envuelta en manto de estrellas
protegidas por el viento.
La luna sabe de mundos
sumergidos en misterios
y procura ser sumisa
custodiando los secretos.
Cabalga en gotas de lluvia,
vive en un búho el desvelo,
atrapa el fuego ritual
mientras juega con su espejo.
La luna en su nube negra
llora lágrimas de besos,
guarda la luz y la sombra
mientras olvida el despecho.


Ana Muela Sopeña

ESPEJO INVERTIDO

*
..... Los cuidadores de ancianos ven cosas que otros no ven. Por ejemplo que en la hora del crepúsculo los muertos asoman por las ventanas. Y cuando llueve todo se vuelca hacia adentro, como en un espejo invertido. También notan el olor de las personas que pronto van a cruzar la frontera. Tienen un pie aquí y otro al otro lado del umbral. Perciben el deterioro, la decrepitud, la luz al final del túnel. Como en un presagio viajan hacia el futuro y de allí traen conceptos para poder aceptar las limitaciones. No sé si alguna vez serán tenidos en cuenta porque hoy por hoy son invisibles...


Ana Muela Sopeña

EL DESVÁN

*
..... He subido al desván hace unas horas, había muchas cajas olvidadas con álbumes de fotos familiares y bolsas consagradas a la niebla con objetos inútiles. Telarañas de tiempo sin limpiar y polvo aleatorio en los estantes, además de revistas y periódicos con noticias antiguas ya caducas. Allí me he dado cuenta de que a veces esperamos que la vida nos regale pasiones envueltas en paquetes de pactos ateridos por el frío.


Ana Muela Sopeña

jueves, 20 de octubre de 2016


OTOÑO MELANCÓLICO

*
El frío inunda las aceras.
Hay amantes que tiritan
congelados en parques de visiones.

La gente avanza
con la velocidad del ego supersónico.
Cree que llegará a alguna parte
mas lamentablemente no es así.
La euforia no exorciza la soledad profunda.

Las metas son tentáculos
para olvidar la herida de la infancia.
Compromisos, proyectos,
anillos, viajes, cenas,
aniversarios llenos de preguntas.
Todo se mezcla en nubes
de un torbellino existencial.

La lluvia cura todos los aullidos
que agónicos parecen
convertir el desierto en un jardín.

La hojarasca maquilla
la realidad tan cruda.

La humedad del ambiente
me hace polvo.

En el metro la gente no se ve.
Contempla su Smartphone
y juega con marcianos,
contesta whatsapps, mails, sms...

No quiere concentrarse en lo más cruel.
La gran fragilidad
de su alma lánguida.
Los huérfanos acechan
en todas las esquinas.
La urbe es como un monstruo
que te observa
con su ojo de cíclope.

Miro a una chica ebria
en el vagón del metro.
Nadie sabe por qué se ha emborrachado.
Su espíritu está roto
por su primer amor.
La traición se ha hecho danza, hueco, muerte.
Nadie escucha su llanto, sólo yo...

Todas las penas viajan
por el aire
y husmean en la piel
de las muchachas nínfulas.
Ella aún no lo sabe:
hace tonglen en todos sus insomnios
y cada vez que toma un cubalibre.

La gente sufre en vano
en el silencio gélido del mundo
al tiempo que un adolescente
se bebe las condenas colectivas
en litronas de alcohol,
en su habitáculo de niebla.

Se rompen los bordillos
de las calles
para que los presagios
anuden con su alma el universo.

El otoño presenta su nostalgia
mientras el tiempo pasa
y ya no vuelve...


Ana Muela Sopeña

DEVASTADA

*
Devastada por la niebla
desnuda frente al bosque del temor,
abierta a los conjuros...
camino por la soga del instante feliz,
antes de que la muerte me llevara
consigo al precipicio.


Ana Muela Sopeña

miércoles, 19 de octubre de 2016


YIN YANG

*
El Yang
busca la luna
que en la ebriedad abierta
comparte su alegría
con todo lo que toca.

El Yin
persigue al sol de medianoche
que en trance ya posee
el universo entero
y sus galaxias.


Ana Muela Sopeña

GARRAS

*
La noche
prepara los cuchillos
y afila en los rincones más ocultos
las garras animales.


Ana Muela Sopeña

CAOS

*
La noche
devastada
por la niebla
ha entregado
cuchillos
a lo oscuro
y ha dicho
que este caos
es la distancia
exacta
a la locura.

El día
sumergido
entre la bruma
no sabe del adiós,
tan sólo entiende
el signo
de hasta luego.
La búsqueda ancestral
de la belleza
es una geometría
del espacio
que persigue la luz
de la razón.


Ana Muela Sopeña

SIN FISURAS

*
El cuerpo de la luz es innombrable,
te lleva de la mano
en su código abierto sin fisuras.

Y yo, que soy amiga de las nubes,
te transporto en mis células
(aunque no quieras verme).


Ana Muela Sopeña

domingo, 16 de octubre de 2016


GATOS

*
Un gato blanco
camina por la calle.
Sol de crepúsculo.

Dos gatos grises
presagian la tristeza.
Hojas caídas.

Tres gatos negros
dormitan en un muro.
Melancolía.

Dos gatos pardos
se ocultan bajo un coche.
Noche cerrada.

Un gato azul
maúlla entre edificios.
La soledad.


Ana Muela Sopeña

sábado, 15 de octubre de 2016


CUATRO ENIGMAS

*
Todos los territorios de la herida
convergen en los brazos de la nieve,
donde existe una ciudad con un resorte
que le ayuda a guardar cualquier secreto
en los vasos de arena.

Todos los libros blancos son antiguos y en ellos ya no caben las palabras, sólo caben relámpagos y lobos para soñar despiertos con los árboles y seguir con el hogar del orfanato.

Todos los jeroglíficos arcaicos
contienen los enigmas de otro tiempo,
cuando "nada" era siempre algo posible
y la infancia cabía en el bolsillo.

Todos los bosques sueñan otro sueño con cuerpos adheridos a la luna y allí donde comienzan los sollozos se halla el umbral de un mundo diferente.


Ana Muela Sopeña

MI GATO

*
Mi gato es suave,
como un muñeco de peluche.
Me mira fijamente
y me lame las manos sin cesar.
Es un ser adorable
del que es imposible prescindir.


Ana Muela Sopeña

ÁRBOL OSCURO

*
Árbol oscuro,
en la raíz del agua.
Se ven gaviotas.


Ana Muela Sopeña

viernes, 14 de octubre de 2016


ÁNFORA

*
A Natalia Litvinova, a propósito de su poemario "Siguiente vitalidad"

El viaje es como un mantra
que esquivo se revela
en las palabras sabias de los sueños.

Antepasados libres de temor
pululan por los álbumes de fotos
en la ilusión del cuento de tu vida.

Las máscaras descubren el silencio
en las fisuras suaves de la nieve.
Todo habla de la luz en la memoria
sobre lienzos de exilio.

Los árboles abrazan
los pájaros perdidos,
antes de que el sollozo se haga sombra.

El sarcófago avisa con el humo
del peligro ancestral.

La infancia se parece
a la imagen dichosa
de una niña jugando al escondite.

La sangre se transmuta
en un ánfora llena de perfumes.

La alegría es un cuenco
que se entrega feliz
al universo libre de naufragios.


Ana Muela Sopeña

martes, 11 de octubre de 2016


LOS BARCOS DEL ABRA

*
A Bob Gurney

A lo lejos un barco se hace eco
de las constelaciones de la noche.
Un perro ladra.
Abandonado intenta que me acerque...
se va por otra calle.

Veo el Puente Colgante
desde las ventanas de mi casa.
La iglesia de Santa María
que expectante se alza
contra el cielo,
presagia la nostalgia.

Los niños han salido del colegio
y la tarde languidece
sobre la hojarasca
del pavimento gris de las aceras.

El bote cruza
a los pasajeros despistados.
Refleja luces condensadas.
El barco se aproxima
en un susurro abierto a los espejos.

Ya se ha ido el mercante.
Nada queda de él.

Mientras,
los relojes se detienen...

Tiempo de eternidad
flotando en el ambiente
a través del crepúsculo dormido...




*****


THE BOATS OF THE ABRA ESTUARY
 
To Bob Gurney
 
In the distance a boat echoes
the constellations of the night.
A dog barks.
Abandoned it tries to follow me ...
it goes down another street.
 
I see the Hanging Bridge
from the windows of my house.
The church of Santa Maria
that, expectant, rises
against the sky,
bringing on nostalgia.
 
Children have come out of school
and the afternoon lies languishing
amidst the litter
of the grey pavements.
 
The boat takes
the listless passengers across,
reflecting watery light.
The boat draws near
in a whisper
open to mirrors.
 
The merchant ship has left.
No sign of it now.
 
Meanwhile,
the clocks stop ...
 
Eternity floating in the air
in the somnolent dusk ...






Ana Muela Sopeña
Traducción al inglés: Bob Gurney

lunes, 10 de octubre de 2016


GERMEN

*
Llevo en  mí el germen de la luz
que se ausenta del espejo por olvido
y aunque arrastro las memorias de la infancia
resurjo cada día con el alba.


Ana Muela Sopeña

PARA HUIR DEL DESIERTO

*
.....He recorrido todos los caminos, donde no caben el hueco ni las leyes, tan sólo el pulso amargo de la vida o el cruel derrumbamiento de la muerte. He lanzado al vacío los problemas, el sideral avance de los "fríos" me ha obligado a ser cauta por las noches. He sabido de ti por intuición, no he leído las piedras en tu ausencia, ni los símbolos tibios del tarot, ni las burbujas de agua, ni los naufragios simples de tu herida. Sólo miro tu alma y tu estrella ancestral que atrapada me busca para huir del desierto y volar libremente hacia el océano...


Ana Muela Sopeña

FUKUSHIMA, APOCALIPSIS DE SILENCIO

*
Los espejos del mundo
se han roto con la sombra
al tiempo que los nodos geográficos
reflejan los problemas más candentes.

Fukushima es un centro de dolor lacerante.
Muestra el árbol dormido
en el sueño sin alas.

Las mariposas tristes han mutado sus genes.
Su vuelo destruido nos indica
los futuros posibles.

Fukushima es un símbolo
de la extinción del ser humano.

Hay un apocalipsis de silencio
que gesta sus dominios
en las horas de visiones
que se han tornado pesadillas.

En las manos de lluvia
lloran siempre catarsis
que jamás llegarán a la luna.

Nos preocupan
los bequerelios de los peces,
mariscos y moluscos.

Pronto llegarán a los grandes almacenes
los contadores Geiger.


Ana Muela Sopeña

sábado, 8 de octubre de 2016


DEL SONIDO ANCESTRAL

*
A María García Romero

La belleza del mundo es un espejo del sonido ancestral
que nos lleva por tiempos sin heridas,
antes de las batallas,
antes de los conflictos de las gentes,
antes del sufrimiento de las células.

Retrocedemos rápido
a través de las eras y milenios,
períodos cavernarios, paleolítico,
hasta llegar al punto del origen.
Alcanzamos aquel instante único
de la gran explosión
del universo.
El Big Bang donde todos
éramos sólo un ser sin divisiones.

En las nubes habitan las palabras
que los poetas usan en su alquimia.
Los fonemas divinos y  secretos,
los vocablos del núcleo del enigma.

Como una gran partida de ajedrez
así te veo siempre creando en la galaxia,
con tus manos de lluvia,
el poema sin tiempo, sideral,
que todo lo recrea con sus símbolos.

En tu ADN antiguo
residen las metáforas de magia
que cambian realidades
y perciben la luz
en los precipicios de la nada
y en los acantilados de reptiles.

Como diosa del verbo danzas entre la niebla
por bosques sumergidos en el rito
de los relojes blandos.

Y todo va cayendo en nebulosas,
junto a los diccionarios de la luna
para sentir la vida en su liturgia
amada por umbrales del subsueño,
en esa infinitud de lo innombrable
que a veces toma cuerpo
en sílabas de agua...


Ana Muela Sopeña

viernes, 7 de octubre de 2016


VEINTE GOTAS DE TI

*
I
Nuestros sueños se nutren de la luna
y la caligrafía de los lobos.

II
Somos la ensoñación y el árbol nítido
que se adentra en el limbo de los márgenes.

III
Bebo de tu sagrada geometría
antes de que las jaulas se cerraran
sobre tu piel de lince.

IV
Percibo entre las sombras los presagios
del instinto de arena.

V
Latigazos de orgasmos y placeres
nos llevan por umbrales
donde las puertas se abren y se cierran
sellando los misterios con saliva.

VI
Presiento que la luz es nuestra dueña
y nos acerca siempre
a los acantilados de los zorros.

VII
Las palabras se mezclan
con la emoción antigua de los astros.

VIII
Veo en ti los destinos de los hombres,
después de la caída.

IX
Eres mi diccionario de la luna,
con los vocablos híbridos del mundo
queriendo conseguir el universo
en el damero azul.

X
Amo los territorios de tu bosque,
las piedras consagradas,
los algoritmos grises de tus duendes
tu dulzura escondida, aunque lo niegues.

XI
Conozco tus intrigas y tu fuego,
la liturgia galáctica de tu vientre de fauno.

XII
A veces me pregunto si tu Adán
ha encontrado a su Eva primigenia
o si todo es mentira...

XIII
Planeo sobre un bucle temporal
donde la vida brinda sin cesar,
antes de la debacle.

XIV
Eres el protector de mis anhelos
y te seduzco siempre en el crepúsculo.

XV
Me gustan las plegarias de la noche
contemplando la estrella que preside
nuestras citas secretas.

XVI
Todo lo que hace tiempo nos unió
reside en los fonemas cotidianos.

XVII
Los pétalos ya secos en un libro
custodian nuestro vínculo.

XVIII
El corazón del bosque es nuestro amigo
y conoce el latido sin disfraces.

XIX
El abrazo perfecto nos avisa
de que todo es preámbulo de un beso.

XX
La música del agua es como un círculo
que nos envuelve siempre con su enigma.


Ana Muela Sopeña

EMBRIAGADO DE ALMIZCLE

*
Te veo caminando sobre la cuerda floja en medio de la luz y de la sombra.
Todo se hace difícil cada vez que persigues la hermosura
y después sólo es una quimera. Abrazas los momentos
que te hacen rodearte de bellas fantasías.
Eres un buscador imprescindible para que todo cuadre en los espejos.
Te gusta sumergirte en el abismo y después rescatar a las Perséfones
para que te rescaten de tu herida.
Desciendes a lo oscuro y allí evitas la gran confrontación con los demonios,
esos que te asustaban en la infancia.
Todo habla de tu hálito escondido en mitad de la mística de un cuento.
Te adentras en infiernos con el calor antiguo. Sabes de cementerios
de cenizas, de los cuerpos candentes y la piel.
Te veo deambulando por aceras dormidas con el beso
y plazas ataviadas por los amantes libres de utopías.
Eres un habitante de la noche que busca sin cesar la gran pasión
en mitad de la ruta hacia los edificios singulares
de esta ciudad atada a laberintos de emociones dispersas.
Eres funambulista en suburbios de exilio donde hay lágrimas
que te permiten ser un salvador.
Necesitas sentirte necesario y respirar tranquilo en la distancia
alejado de lodos y de barros, para poder soñar...
Te veo caminando muy despacio, guardando el equilibrio de la rosa
y un relámpago azul que te hace éter,
embriagado de almizcle y de lascivia, mientras bebes sin miedo
el licor de mandrágora.




Ana Muela Sopeña

jueves, 6 de octubre de 2016


EN EL RELOJ DE LAS ESTRELLAS

*
En el tiempo de la luz
te sentí como un hombre perdido
que arrastraba memorias de la infancia.

Tu sombra detenida
en el círculo extraviado del vacío,
como si fueses una estatua,
era siempre una ficción para hacer muros.

El pasado murió mientras dormías
en la concha de nácar,
como si estuvieras exiliado.

Ahora eres un náufrago en lo oscuro,
aunque todo lo tengas
en tu vida sin alma.

Un gorrión solitario
oye tu canto triste
mientras contempla
tu dulce nostalgia,
tu niñez de sueño.

Entre las rejas de tu jaula carcomida
el instinto suplanta a la fisura
de lo que existe sin espacio:
tu mundo sumergido entre la bruma
persiguiendo la llave de ti mismo.

En el reloj de las estrellas
eres un hombre libre
que avanza sin heridas por la lluvia.


Ana Muela Sopeña

TRENES

*
Hay un tren de ida
que te lleva a los sitios
por primera vez
y hay un tren de vuelta
que te hace regresar
al punto de partida.
Pero en realidad
todos los trenes son el mismo tren:
aquel que nos acerca
al territorio del origen,
el que nos hace viajar
hacia nosotros mismos.


Ana Muela Sopeña

miércoles, 5 de octubre de 2016


ESCUCHO A LOS SATÉLITES

*
Escucho a los satélites
la música del tiempo sideral
mientras bebo de ti.

Te siento palpitar
con las estrellas de neutrones.

Vislumbro que tu cuerpo
lleno de energía
va desviándose hacia un mundo de asteroides.

Eres una galaxia
de espirales abiertas a la luz.

Deambulo por los surcos
de las palabras clave.

Se caen los diccionarios
de la sombra
con palabras de milagros.

No hay nada que temer,
todo es ficción.


Ana Muela Sopeña

CUERPOS

*
Los cuerpos tristes se rozan
en el vendaval del vacío.


Ana Muela Sopeña

PARTIDA DE AJEDREZ

*
Permaneces inmóvil
enrocado sin ganas de moverte.
Mas mis torres avanzan
sin titubear por el damero.
Sólo quiero sentir tu rendición,
el jaque mate, amor,
de las miradas.


Ana Muela Sopeña

martes, 4 de octubre de 2016


LUCES VAGAS

*
Te veo caminando
por la ciudad desnuda
con los escaparates de las tiendas
como fondo vital de tus andanzas.

Tu mirada va triste
fijándose en las nubes
y en crepúsculos llenos de silencio.

Respiras muy despacio
mientras las luces vagas de la tarde
hechizan el instinto de la niebla.


Ana Muela Sopeña