sábado, 28 de enero de 2017

ADAGIO DE ALBINONI

*
Ya las palabras sobran
en el adiós nostálgico
que no tiene futuro.

El alma se fragmenta en mil trozos de llanto
y los labios no pueden construir otro ensueño.

Ya sobran los correos,
las llamadas sin voz,
las citas silenciosas,
las cartas que no llegan.

Ya todo está perdido en el hueco del mundo
donde todo es efímero incluso hasta el amor,
hasta el éxtasis lúdico y el placer compartido.

La oscuridad es ahora
el telar de la vida,
la negra noche eterna.

Ya nada puede hacerse, todo resulta inútil.

Las montañas no lloran,
sólo muestran la nieve
en sus cumbres heladas.

El sol ya no calienta, el horizonte es frío.
Todo se ha terminado.
El instinto del agua, los pétalos de un lirio,
los pistilos alegres, el movimiento sobrio.

La música nos lleva
por precipicios níveos
hacia la concreción
de los ciclos vitales.

Ya no hay vuelta atrás. El adiós es perfecto
y sabe de añoranzas, de relámpagos rojos,
de rayos en el mar, de truenos inaudibles.

Ya todo ha fracasado.
El olvido es lo único
que queda en el espíritu.

Un árbol melancólico se atreve a sollozar,
mientras el sentimiento se convierte en pasado.


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

carlos perrotti dijo...

Sintiendo así, claro que no hay vuelta atrás en tu destino de poeta.

Abrazo.

Ana Muela Sopeña dijo...

Un abrazo
Ana