martes, 3 de enero de 2017

ESTAMBUL

*
A las víctimas del atentado del club "Reina" de Estambul


La sinrazón actúa
como ráfaga alada de la muerte.

Un hombre disfrazado
irrumpe y dispara
con su arma automática.

Mientras la gente baila
para festejar el Nuevo Año.

El hombre enviado
sin alma ni conciencia,
una bestia con códigos extraños
siega vidas de seres inocentes.

El aire se ha vestido de dolor
en mitad de la fiesta.

Las víctimas ya no pueden hablar
y sus familias lloran
en la perplejidad y confusión.

Solloza el mundo entero
en medio de los fuegos de artificio.
Lágrimas enraizadas
en el planeta Tierra.

Elevo una plegaria
al corazón más puro
de hombres y mujeres de buena voluntad,
sin importar su raza o su color,
sus dioses...
o sus libros sagrados.

Porque...debemos preguntarnos:

¿Los dioses han creado a los humanos
o los humanos han creado a sus dioses
a su imagen y semejanza
para exorcizar el miedo oculto
a lo desconocido?

El luto ensombrece nuestro espíritu
en mitad de estas fiestas de año nuevo
y elevamos plegarias
para recordar las treinta y nueve
víctimas inocentes
de esta absurda masacre...
y los sesenta y nueve heridos
que aún están sufriendo y preguntándose
¿por qué a mí?


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

carlos perrotti dijo...

Solía pensar que estos atentados eran obra de la locura. Ya no. Es maldad. Qué hacer con la maldad? Lo lamento pero debe ser primero aislada y finalmente extinguida. No se puede negociar ni convivir con la maldad. En nombre de un dios, en nombre los más nobles ideales la maldad mata. Y debe obtener lo mismo que propaga...

Sentido homenaje tu poema. Abrazo...

Ana Muela Sopeña dijo...

Debe ser aislada la maldad, por supuesto...