domingo, 19 de febrero de 2017

ADAGIO DE JOHANN SEBASTIAN BACH

*
Recuerdo
la historia del aquel tiempo compartido
en habitaciones sin reproches,
donde el deslumbramiento de la luz
nos hacía sentir la realeza.

Éramos magos del sendero
en tortuosos destinos
sin esquinas cortantes,
sin maldad,
transparentes,
sin cinismos de acero,
sin manipulaciones ni chantajes,
sin sobornos ni juegos maliciosos.

Recuerdo aquellas lunas
en tardes proclamadas
en nuestras palabras en susurros.

El rumor de los vientos...

La lluvia misteriosa
tras los cristales ávidos,
el umbral del crepúsculo,
burbujas de miradas,
la utopía flotando en el ambiente.


Ana Muela Sopeña

4 comentarios:

carlos perrotti dijo...

Gran poema, Ana, de alto vuelo.

"...La lluvia misteriosa
tras los cristales ávidos,
el umbral del crepúsculo,
burbujas de miradas,
la utopía flotando en el ambiente."

Abrazo.

Tatiana Aguilera dijo...

El final del poema es maravilloso. Como opinó Carlos, de alto vuelo y, no me extraña porque eres una poeta excepcional.
Un gran abrazo querida Ana.

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Carlos, es siempre grato que pases por mi espacio.

Abrazos
Ana

Ana Muela Sopeña dijo...

Me alegra, Taty, que te haya gustado el poema.

Un beso grande
Ana