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.....La mujer del espejo aflora desde un rincón, al otro lado de la sombra. Parece una silueta inverosímil. No vive como otras, gregaria y sin voz propia. Es una disidente y promueve las normas de la melancolía. Abraza el sueño lúcido y la belleza abierta a jeroglíficos. Al alba se despierta. Contempla las gaviotas, se hace pasar por extranjera cuando la lluvia roza su piel lánguida.
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Que bonito, Ana.
Me gustó porque es complejo usar la brevedad y aún así, tocar fibra.
Gracias, Gavrí, es una alegría tu paso por este poema.
Besos
Ana
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