miércoles, 8 de febrero de 2017

LOS CUATRO JINETES DEL APOCALIPSIS

*
El mundo va montado
en un caballo rojo,
con la guerra que plasma lo terrible,
lo más abyecto y cruel del ser humano.
El odio como forma de expresión.

Pero también podría
trabajar por la paz
y respirar tranquilo con el diálogo.
El amor solidario de una hermandad antigua...

Y cabalgan los hombres
sobre un caballo negro,
de hambre y falta de agua,
de frío y de injusticia.
Donde los invisibles
y desheredados de la Tierra
simplemente no existen.
Son números difíciles,
son cifras en un libro
de contabilidad para la guerra.

Pero también podrían
distribuir recursos,
convertir en comida
todo lo acumulado.
Y que los presupuestos
que financian las guerras
mutaran a partidas
de evolución y de progreso.
Donde la vida valiera
más que la muerte.
Donde las generaciones venideras
heredaran un fértil planeta
y no tóxico.

El caballo amarillo que es la muerte
adopta todas las formas del soñar,
que es una pesadilla entre la niebla.
La muerte ya no es testigo,
es la protagonista
de los noticiarios cotidianos.

Pero también podría
ser la muerte un final tranquilo y plácido
gracias a los avances de la ciencia,
de la alimentación y de la higiene.

Sobre un caballo blanco
que se llama victoria,
cabalga el hombre actual,
pensando que es un éxito
el triunfo de la guerra,
cuando sólo es un muro
donde los descendientes
se despeñarán en el abismo.

Pero también podría
pensar con el neocórtex
y no con el cerebro reptiliano
o el cerebro límbico.
Entonces comprendería
que
no
existen
vencedores
y
vencidos...
La
destrucción
convierte
a
todos
en
vencidos...


Ana Muela Sopeña

4 comentarios:

carlos perrotti dijo...

Si el resultado de siglos de Humanidad es este, sin duda que estamos siendo vencidos, por lo que somos perdedores (Hermosos Perdedores diría Leonard Cohen) a los que lo único que les queda es ganar. En eso creo. No es que quiero creerlo. El futuro es venturoso, creativo, armonioso, aunque todavía haya que pasar por lo más cruento...

Entre la destrucción crecerán los brotes del cambio, Ana. Abrazo.

Ana Muela Sopeña dijo...

Qué bueno que seas tan optimista. Ojalá sea como tú dices.

Un beso grande
Ana

carlos perrotti dijo...

Insisto, aunque todavía haya que pasar por lo más cuento...

Otro para vos!

Ana Muela Sopeña dijo...

Sí, seguramente es como tú dices...