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Melancolía errante en la memoria
mientras los cuerpos van desintegrándose
en el exilio gris de la distancia
y rozan levemente el norte de la herida.
El pasado se inunda de nostalgia
donde los labios saben de su historia.
En el destierro habitan las almas desgarradas
que gritan en el sur con aves migratorias.
Es la tristeza clave de isobaras,
donde la piel no encuentra su guarida,
apátrida y confusa sin los ángeles,
en el este muy frío, con los astros.
No puede eliminarse la añoranza,
los ojos son imágenes utópicas
donde un espejo suave se columpia
al oeste de ti, en tu mirada.
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Bello poema por donde lo mires, en todas las direcciones de la soledad, mientras el olvido va haciendo lo suyo una vez más...
Abrazo grande, Ana.
Gracias...
La nostalgia se apodera de los versos...
Un abrazo
Ana
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