jueves, 9 de febrero de 2017

UN HOMBRE SOLITARIO

*
Un hombre solitario
deambula por las calles
cuando todo se abisma en la distancia
y parece que el mundo
se hace diminuto poco a poco.

Contempla las farolas sin heridas
y cruza los semáforos en rojo
mientras la noche avanza
entre las sombras suaves del espejo.

Un sonido de cables telefónicos
se abre como un zumbido
y recuerda que todo es un teatro.

La luna le sonríe mientras anda
y le permite amar en el silencio
la belleza del pulso de la vida.

Este habitante solo
se parece a la niebla
y disuelve su voz
en el frío sutil de las acacias.

Los edificios rezan sus plegarias
mientras todo parece una película
y los sueños se van desintegrando
en mitad de huracanes y tormentas.

Una palabra amable le hace ser
silueta bajo lluvia melancólica
que convierte el destino
en el dueño de todos sus deseos.


Ana Muela Sopeña

4 comentarios:

carlos perrotti dijo...

No sé si lo entiendo, pero qué bien suena y me llega, sobretodo las imágenes que despliegas...

Abrazo, ANa.

Ana Muela Sopeña dijo...

Cuanto más solitaria es una persona más indefensa se siente (a no ser que esa soledad sea plenamente elegida), entonces acepta su destino...

Para cambiar el destino hay que asociarse, nos guste o no nos guste: familia, pareja, amigos, compañeros de profesión, de aficiones, etc.

Hay excepciones, sí...Pero... la colaboración se hace necesaria.

Un beso grande
Ana

María Socorro Luis dijo...


Un excelente poema, Ana.

Un hombre que si bien pasea en solitario,lo hace disfrutando el lado amable y hermoso de la soledad.

Bello mensaje.

Besos

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Soco, por venir y dejar tu huella entre estos versos.

Un beso grande
Ana