*
Miro las calles negras de la noche,
una mujer deambula entre la niebla
hacia el numen
de lo desconocido.
Sus huellas van dejando
el rastro de lo oscuro sobre aceras de nieve.
El frío traicionero es cómplice furtivo
del secreto guardado en la penumbra.
Ella va disolviéndose
entre los edificios y la lluvia.
Se parece a los códigos del viento
que buscan la belleza de lo errante.
Avanza sin temor
por las líneas amarillas
de un paso cebra húmedo.
Y se va derrotada, sin historia,
girando sobre sí
entre la bruma tenue del espejo.
Ana Muela Sopeña
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6 comentarios:
Ella va disolviéndose
entre los edificios y la lluvia.
Se parece a los códigos del viento
que buscan la belleza de lo errante.
Unos versos sencillos que arrastran una dificultad hermosa.
Un abrazo.
Los mismos versos me impactan, Ana. La mujer es la bruma misma buscándose...
Abrazo.
Gracias, Francisco, por venir y brindarme tus palabras.
Un beso grande
Ana
Esa sensación de bruma, de incerteza me gusta...
Un beso, Carlos
Ana
...amaba la niebla, y se fundió en ella.
Muy bello, Ana
Gracias, Soco, por brindarme tus palabras.
Un beso
Ana
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