*
El hombre invisible
apareció en el tiempo de la luz,
desnudo, sumergido en su sueño.
Inundado de agua
en la cámara oculta se veía
un hechizo algo denso,
antiguo como las sombras de la Tierra.
Su elección fue cortar con el conjuro
y sentir el placer de este planeta
alumbrando el secreto de lo místico.
Ana Muela Sopeña
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6 comentarios:
Es el que trabaja de verdad, sin necesitar aplausos.
Muy buen poema, Ana.
Besos.
Uno de tu poemas más logrados, pleno de misticismo, de insondable poesía, muy propia de vos, Ana.
Abrazo.
... de vos y de tu voz...
Gracias, Mirella, por venir y brindarme tus palabras.
Un abrazo
Ana
Gracias, Carlos...
Abrazos
Ana
Claro, gracias por venir de nuevo...
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