sábado, 1 de abril de 2017

AMIGOS PECULIARES

*
Los gatos callejeros merodean
por las calles de noche, sin un dueño.

Cuando llueve se buscan escondites:
debajo de los coches o en un muro,
detrás de matorrales
o al lado de una verja con arbustos.

En las tardes tranquilas,
a veces miro a uno
que parece un maestro de la vida.
Tiene el pelaje gris con unas rayas
y contempla la acera muy despacio
como si habitara otro mundo.

Cuando vibran nostalgias
por la ciudad desnuda
estos amigos suaves, peculiares,
absorben en sus ojos cualquier pena
y sanan el ambiente
con su respiración fuera del tiempo.


Ana Muela Sopeña

4 comentarios:

Gavrí Akhenazi dijo...

Yo soy dueño de gatos (tenía dos pero el macho murió) y no sé qué haría sin mi gata. Realmente me lo estoy pensando porque recorrió conmigo el mundo, desde que era tan chiquitita que me cabía en la palma de la mano y la llevaba en un bolsillo de la mochila.
Los gatos son seres especiales. Hay que vivir con gatos para entender de lo que son capaces.
Lehitraot, Ana

carlos perrotti dijo...

Tu gran poema, Ana, y el poder de observación o detección-captación que te llevó a describir a estos "maestros de la vida" (si pudieras verme verías mis ojos en lágrimas) y el tan sensible y lúcido comentario de Gavrí, además de conmoverme, me alientan a agradecerles este momento de poderosa luz en un día de sombras.

Abrazo. Abrazos.

Ana Muela Sopeña dijo...

Los gatos son grandes amigos siempre, Gavrí:

Sí, hay que vivir con gatos para entender la dimensión de su compañía y afecto.

Un abrazo y gracias por venir
Ana

Ana Muela Sopeña dijo...

Carlos:

Siempre es agradable tu visita.

Espero que las sombras se tornen luz para ti...

Un abrazo grande
Ana