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La luz es el inicio de las cosas
más allá de la sombra y de sus límites.
La dispersión de niebla por el mundo
nos hace no ver nada.
Pensar que una gran guerra es una opción
simplemente es locura, caos, disturbio.
Los sabios yacen gélidos
escondidos en cuevas, con mordazas.
Cada día es un cúmulo de errores
que lleva por la senda de la muerte.
Cuando llega la noche
el silencio no habita en nuestras almas,
sino palabrería de los medios,
los whatsapps, los e-mails y los periódicos,
las redes, las llamadas, Internet...
Palabras y vocablos que se pierden
en una marabunta de caos líquido
para oficializar el odio antiguo.
En mitad de la bruma deberíamos
apagar los teléfonos, la radio,
las tablets, los PCs, televisores,
los discursos vacíos con su pánico
y proyectar al aire unos segundos
el amor a la vida, el gran milagro...
Ana Muela Sopeña
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7 comentarios:
Gran poema, Ana. Poesía de hoy, de denuncia y advertencia, sabia poesía que deberíamos escuchar...
Abrazo.
Por cierto, olvidaba decir, todavía conmocionado por tu poema "Destilación de la sombra", el que recomendó Juan al comentar "A la poeta Ana Muela Sopeña"...
Gracias, Carlos, por venir...
Besos a montones
Ana
Ah, qué bueno que hayas buscado "Destilación de la sombra", un poema compuesto por muchos breves...
Tal cual. Un compendio, una serie de sombras...
Siempre es una alegría saberte como lector...
Un abrazo
Ana
Contundente poema, Ana. Es una realidad social la que vivimos.
Máquinas por humanos y los talentos se han escondido en software, fórmulas táctiles y más.
Ceguera universal impuesta por la tecnología moderna.
En medio de la bruma deberíamos declararnos ciegos y mirar con el alma sólo lo que viene de otra alma.
Un gusto regresar a leerte después de invernar un largo sueño.
Abrazos de siempre.
Gracias, Ceciely, por tu extenso e interesante comentario.
Sí, es como tú dices.
Deberíamos recuperar lo sencillo, la comunicación directa, la profundo y dejarnos de tanta tecnología enredada con las relaciones personales porque...nos robotiza...
Un abrazo
Ana
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